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Los Ovidios académicos e ilustrados de una biblioteca excepcional: el Seminario Metropolitano de San Atón (Badajoz)

Después de terminar las visitas a las bibliotecas ovidianas de las provincias de A Coruña y Lugo, hacemos un alto en nuestra gira por Galicia para iniciar una serie de incursiones en bibliotecas de otras Comunidades Autónomas que hemos visitado en momentos más recientes. Así en esta ocasión nos vamos a Extremadura, en concreto a la ciudad de Badajoz, donde se encuentra una institución académica excepcional: el Seminario Metropolitano de San Atón.

La magnifica biblioteca del Seminario Conciliar de San Atón, que nace pareja a la institución eclesiástica que se funda en 1664, comenzó su andadura como una primera “librería” para la educación de los futuros sacerdotes y, andando el tiempo, ampliada y enriquecida, con un fondo que ya contaba dos mil volúmenes, se convirtió en el siglo XVIII en una biblioteca pública para la ciudad de Badajoz, que carecía de ella, y, después, en una biblioteca universitaria al ser el seminario elevado al rango de universidad el 17 de agosto de 1793.

La biblioteca es una entidad de titularidad privada, y como tal está específicamente dirigida a los seminaristas, sacerdotes de la diócesis de Mérida-Badajoz y profesores y alumnos del Centro Superior de Estudios Teológicos y del Instituto de Ciencias Religiosas Santa María de Guadalupe. Todos ellos tienen acceso a todos servicios prestados por la biblioteca: lectura en sala, reprografía y préstamo. Pero, además, el Seminario, conocedor de la importancia de sus fondos para el desarrollo de la cultura, ofrece a todos los investigadores acceso a ellos través de su consulta en sala y de medios reprográficos.

La admirable colección bibliográfica con la que cuenta en la actualidad, una de los más ricas de Extremadura, se compone de más de 43.500 volúmenes, de los cuales 13.800 constituyen su fabuloso fondo antiguo que ha sido catalogado recientemente.  Entre los fondos se cuentan cincuenta manuscritos, nueve incunables y numerosos impresos de entre los siglos XVI y XVIII, entre los que destacan la extraordinaria Políglota de Amberes o Biblia Regia de Arias Montano (1569), una edición «princeps» romana de El Fisiólogo de San Epifanio (1587), que es uno de los pocos ejemplares existentes en España y los ejemplares de los Sermones, de San Vicente Ferrer (1509), la Catena aurea, de Santo Tomás de Aquino (1520), las Obras, de Virgilio (1527), la edición italiana del Orlando Furioso, de Ariosto (1556), la edición de 1558 de la Gramática latina, de Nebrija, y, del mismo año, el Catecismo del arzobispo de Toledo Bartolomé Carranza, uno de los poquísimos ejemplares existentes en el mundo, salvado de la destrucción a que fue sometida la edición.

Incunables (Foto: Rocío Pérez)

Aunque el fondo de la biblioteca pertenece mayoritariamente al campo de las ciencias religiosas, entre los impresos de los siglos XV al XIX hay una buena colección de obras de autores clásicos, griegos y latinos entre los que destacan los treinta y seis ejemplares de dieciocho ediciones diferentes del siglo XVI al XIX de las distintas obras de Ovidio. Los ejemplares de las obras de Ovidio que se datan en el siglo XVI vienen a ratificar la variada procedencia internacional de los más de mil impresos de este siglo que conserva la biblioteca, al igual que los cinco ejemplares de las ediciones del XVII. No obstante, el grueso de los ejemplares ovidianos pertenece al siglo XVIII, en el que la actividad editorial se ve incrementada y las ediciones de las obras de Ovidio reflejan el desarrollo de la ciencia filológica y el interés por el mundo clásico que caracteriza al Siglo de las luces. Los veintitrés ejemplares que forman el fondo ovidiano de este siglo en la biblioteca pacense muestran asimismo el desarrollo de la edición de las obras de poeta en el panorama español. La edición de Ovidio en el siglo XIX también está representada en el fondo de la biblioteca del seminario por medio de tres ejemplares, que provienen de las imprentas de París y de Leipzig. La última de las ediciones de fondo antiguo que contienen las obras del poeta es ya una edición crítica, concretamente los tomos segundo y tercero de una reimpresión de 1896 de la importante edición de la obra de Ovidio realizada por el filólogo C. H. Weise y publicada por primera vez en 1845, lo que da cuenta de la vocación científica y filológica del fondo de la biblioteca del seminario.

Incunables de San Atón (Foto: Rocío Pérez)

Por lo que se refiere a las obras que consideramos ilustradas, el fondo de la biblioteca posee, en sentido estricto, ocho volúmenes ilustrados de obras de Ovidio que pertenecen a cuatro ediciones diferentes, que tienen diversos tipos de ilustración. Desde la más compleja, la de la edición veneciana de 1586 que incluye una serie completa de grabados que ilustran el contenido del poema desde el punto de vista de las fábulas mitológicas, es decir, una edición con una ilustración narrativa que es lo que se considera una edición ilustrada al uso, a la más simple, en la edición también veneciana de 1779, que va ilustrada sencillamente con un retrato del poeta en la portada, pasando por un tipo de ilustración esquemática, en dos ediciones latinas, la suiza de 1543 y la alemana de 1601, que ya conocemos porque forma parte del fondo de la Universidad de Santiago y de la biblioteca del Seminario de Santa Catalina de Mondoñedo que visitamos en la última entrada.

Metamorfosis.Mycillus.Hervagius.Basilea.1543 (M.SMB.Bas.1543a) Portada 

Estas dos últimas ediciones pretenden mostrar gráficamente los contenidos de las Metamorfosis desde un enfoque que se aproxima a la ilustración científica. Así, en la biblioteca del seminario se conservan dos de los tomos de una edición de las obras de Ovidio de gran formato compuesta por tres volúmenes publicados en Basilea por Johann Herwagen (Ioannes Heruagius) en 1543, 1549 y 1550, respectivamente. El primer volumen de esta publicación excepcional, del que la biblioteca posee dos ejemplares, contiene la edición del texto de las Metamorfosis realizada por el filólogo y poeta alemán Jacobus Micyllus o Jakob Moltzer (1503-1558), que constituye un hito en la edición académica de la obra ovidiana. El texto del poema va acompañado de tres tipos de comentarios: las famosas enarrationes de Rafael Regio, los comentarios atribuidos a Lactancio y las anotaciones del propio Micyllus.

El tono académico y erudito de esta edición se ve incrementado con la inclusión en el volumen dedicado a las Metamorfosis de tres grabados situados en las páginas iniciales del libro primero del poema para explicar los versos que contienen la que se conoce como “cosmografía ovidiana”. Es sabido que en el inicio del libro primero, entre los versos 21 y 68, Ovidio relata el comienzo del mundo, una suerte de creación en la que el poeta hace una cumplida descripción de la conformación de la tierra como esfera, después de que el caos se ordene y se separen los elementos. En las primeras líneas se dibuja la organización de la tierra, el agua y el aire (vv. 21-31), se describen las cinco zonas climáticas de la tierra (vv. 45-51), y se habla del papel del aire y su relación con los vientos, que son nombrados y diferenciados porque soplan en “regiones separadas” (vv. 52-68). 

Metamorfosis.Mycillus.Hervagius.Basilea.1543 (M.SMB.Bas.1543a) Diagrama 1 (p. 4)

Para estos versos, pues, se concibe una representación gráfica en forma de diagramas cosmográficos circulares similares a los que ilustran en las primeras ediciones incunables el difundido e influyente De sphaera de Johannes de Sacrobosco. El primero de los diagramas contiene la tierra, el agua y ocho de los nueve cielos, con los nombres de cinco planetas, el sol y la luna. Este tipo de esquema pertenece a la tradición ptolemaica y está recogido en el tratado de la esfera de Sacrobosco de donde pasó seguramente a ilustrar un incunable de las Metamorfosis impreso en Lyon en 1497 por Jacques Maillet, que se puede considerar una de las fuentes para la ilustración de esta edición suiza.

El segundo de los diagramas representa las cinco zonas climáticas de la tierra, los polos, los trópicos, el ecuador y los círculos polares. Esta descripción de las zonas de la tierra y su clima y condiciones de habitabilidad está establecida en el texto del poema, tanto es así que estos versos concretos de Ovidio se aducen en los tratados cosmográficos, como en el citado de Sacrobosco. Por último, un tercer diagrama cosmográfico representa en la esfera los puntos cardinales y los vientos de cada zona de la tierra. Acompaña a los siguientes versos donde se produce la descripción de la cualidad del aire y de los vientos. Ambos diagramas desglosan el diagrama cosmográfico compuesto por una combinación de estos dos últimos (las zonas y los vientos con los puntos cardinales) que aparece por primera vez en la edición veneciana de las Metamorfosis de 1493, la primera con el texto y los comentarios de Rafael Regio, que ya conocemos por nuestra visita a la Biblioteca Xeral de la Universidad De Santiago.

Metamorfosis.Mycillus.Hervagius.Basilea.1543 (M.SMB.Bas.1543a) Diagramas 2 y 3 (pp. 5 y 6)

 Por otro lado, en la biblioteca del seminario también se encuentra un ejemplar de cada uno de los tres tomos, encuadernados en dos volúmenes, editados en Fráncfort en 1601 en la imprenta Wecheliana, que ya conocemos por anteriores visitas a dos bibliotecas gallegas, como hemos indicado antes. Se trata de otra de las grandes ediciones de la obra completa de Ovidio, que va acompañada por una batería de comentarios de varios eruditos de distintas épocas y que tuvo una gran importancia y difusión. Como sucedía en el caso de la anterior, esta edición filológica no tiene la intención de mostrar contenidos figurados, pero, sin embargo, en el tomo tercero (fig. 5), correspondiente al texto comentado de las Metamorfosis, reproduce la estructura figurativa de la edición de 1543, con tres diagramas cosmográficos idénticos, que acompañan igualmente a los versos de la cosmogonía ovidiana.

El tercer ejemplar ilustrado del fondo ovidiano del seminario de San Atón, una copia de la edición veneciana de las Metamorfosis impresa por Nicolò Moretti (Nicolaus Moretus) en 1586, que lleva por título P. Ouidii Nasonis Metamorphoseon Libri XV / Raphaelis Regii volaterrani luculentissima explanatio, cum nouis alterius viri eruditissimi, additionibus; Lactantii Placiti in singulas fabulas argumenta; eruditissimorum virorum Coelii Rhodigini, Ioan. Baptistae Egnatii, Henrici Glareani in pleraque omnia loca difficiliora annotationes. Venetiis : apud Nicolaum Moretum, MDLXXXVI.

Se trata de una de las ediciones latinas, eruditas, pero profusamente ilustradas que siguen la tradición iniciada por el famoso impresor Giovanni Tacuino en 1513 y que, como el resto de las ediciones de esta tradición, incluyen junto al texto original del poema ovidiano los comentarios de Regio y otra serie de anotaciones y adiciones de diversos estudiosos.  Es una de las ediciones tardías del siglo XVI cuyo modelo son las primeras versiones latinas ilustradas con grabados mitológicos, concretamente la edición del poema de 1513, un temprano producto veneciano que significó una nueva era para la edición de las Metamorfosis latinas comentadas y con ilustraciones, ya que el editor acomete en ella la corrección y la ampliación de la serie de grabados mitológicos que se había difundido en las ediciones italianas y francesas del poema a principios del XVI y que procedía, en última instancia, de la larga serie creada en 1497 para el incunable veneciano del poema en lengua vernácula,  que se reutilizó y modificó en la edición parmesana de 1505, que conocemos por nuestra primera visita al Seminario de Mondoñedo.

Metamorfosis.Regius.Moretus.Venecia.1586. Portada. 

La nueva serie de grabados de la edición de Tacuino se componía del diagrama cosmográfico asociado a las ediciones con los comentarios de Regio, al que ya nos hemos referido y de sesenta y dos estampas relacionadas con los contenidos del poema. Todo ello se constituye en un modelo que tendrá numerosas secuelas, una de las cuales es esta edición de 1586 que incorpora un aparato iconográfico imbricado en esta tradición, aunque prescinde del diagrama cosmográfico y ya no muestra la serie completa de 1513, pues ha perdido varios de los grabados originales, algunos de cuales se han sustituido por xilografías creadas para otras ediciones. Es, por tanto, una edición de una calidad mediana, aunque constituye una cierta rareza en el panorama del patrimonio bibliográfico español, ya que, además del ejemplar del seminario pacense, solamente hay otros cuatro ejemplares en bibliotecas españolas.

Metamorfosis.Regius.Moretus.Venecia.1586. Ovidio escribiendo (Libro1, grabado 1, p.1) 

La ilustración de la edición, como en su modelo remoto, en lugar de iniciarse con la imagen de la creación del mundo que adornaba las ediciones incunables y post-incunables anteriores, comienza con un grabado que introduce el texto del libro primero con la representación de Ovidio sentado al escritorio y escribiendo un libro que asumimos que son las Metamorfosis, ya que el proemio del poema tiene un ejercicio metareferencial por el que el poeta, en su petición de ayuda a los dioses para completar su tarea literaria, se refiere a la propia obra que está comenzando. La figura de Ovidio va ataviada con un atuendo que pretende reproducir una vestimenta romana, casi militar, y, como corresponde a un poeta, va coronada de laurel. Es un personaje barbado y su apariencia lo aproxima más a la imagen de “un César”, como el propio emperador Carlos V, que a la imagen del poeta, sin barba y con un aspecto menos maduro, que muestran los retratos a la antigua que se empezarán a incluir en sus obras en este momento. Esta práctica de introducir la imagen del poeta escribiendo su obra procede de la ilustración de los incunables de las obras de autores clásicos y ya estaba presente en el modelo de 1513, aunque el grabado de esta edición que hace alusión al autor y de manera explícita al poema de las Metamorfosis adopta la forma de una escena con más personajes ambientada en un paraje natural.

Por lo que se refiere al resto de las estampas narrativas que ilustran la edición, el conjunto de grabados, que se ajusta al intento de dotar de figuración a las historias mitológicas más relevantes del poema, se compone de cincuenta y nueve xilografías de pequeño formato, cincuenta y cinco de las cuales, como ya hemos dicho, son la copia de los originales de la edición veneciana de 1513.

Metamorfosis.Regius.Moretus.Venecia.1586. Las hazañas  de Hércules (Libro 9, grabado 35, p.183) 

El último conjunto de ejemplares ilustrados del fondo del seminario pertenece a una serie de ediciones de la obra de Ovidio que se origina en Francia a finales del siglo XVII. Se acomete en ese momento la realización de una colección de ediciones de los autores clásicos para ad usum Delphini, para la educación del Delfín de Francia, encargando la compilación y comentario de las obras de Ovidio al erudito helvético Daniel Crispin. Desde la primera edición en cuatro volúmenes de todas las obras del poeta latino que aparece en Lyon en 1689, hasta 1821, se publican, con ligeras modificaciones, veintiséis ediciones comentadas. Dos de estas ediciones se encuentran en el fondo de la biblioteca de San Atón: la de 1779, de la que solo se conservan dos de los cuatro tomos, y la que publica Remondini en Venecia en 1792 que está completa.  

OperaOmnia.Crispinus.Constantinus.Venecia.1779.t4. Portada. 

Una de las características que comparten varias de las ediciones de estos textos comentados es la confección de las portadas de todos los tomos en las que figura un grabado con la efigie del poeta Ovidio presentada en una pretendida moneda que lleva su nombre en griego. La imagen del poeta, representado de perfil, con el pelo corto y el semblante adusto, simula un busto antiguo, y su fisonomía, como ya es habitual, está determinada por la gran nariz que su cognomen recuerda. Muchas de las ediciones de las obras de autores clásicos presentan la imagen del autor como marchamo de cierta autenticidad y en recuerdo de la práctica iconográfica de reconstrucción de la iconografía -entendida como retratística- de los hombres del pasado a través de las imágenes de las monedas. 

Un conjunto de retratos e imágenes de Ovidio que aparecen en las distintas obras ilustradas se puede consultar en el sitio web de la BDO.

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Rarezas ovidianas: el peculiar Ovidio ilustrado de la biblioteca del Seminario de Santa Catalina en Mondoñedo (Lugo)

Volvemos a visitar la singular biblioteca del Seminario Conciliar Santa Catalina de Mondoñedo que fue objeto de nuestra última visita, para presentar cuatro ediciones ilustradas del poeta romano Publio Ovidio Nasón de los siglos XVII y XVIII que se encuentran entre sus numerosos fondos y que vienen a complementar el panorama de excepcionalidad marcado por la presencia en su fondo del famoso post incunable de 1505 que presentamos en la entrada anterior.

En primer lugar, la biblioteca posee un ejemplar de uno de los tomos de las obras completas de Ovidio anotadas y comentadas por el famoso filólogo Nicolas Hensius que se publicaron prácticamente como «libros de bolsillo», editados por los Elzevier, una familia holandesa de libreros, editores e impresores, que se hizo famosa por sus ediciones en pequeño formato, doceavo (12º), y de precio ajustado, que constituyeron no solo una novedad, sino sobre todo una empresa editorial en relación con los clásicos.

El volumen que posee el seminario mindoniense pertenece a la edición de 1664, la tercera de las ediciones anotadas por Hensius que se edita en la imprenta que en ese momento regentaba Daniel Elzevir, uno de los miembros de la famosa familia de impresores. El tomo de la biblioteca es el primero de los tres que componen las obras completas, Como es habitual en estas ediciones de las obras de Ovidio, el primero de los tomos está dedicado a las obras amorosas, de modo que contiene las Heroidas, el Arte de amar , los Remedios contra el amor, los Amores, Sobre la cosmética del rostro femenino, la Haliéutica, la Consolatio ad Liviam y Nux.

No se trata de una edición profusamente ilustrada, sino que pertenece al grupo de ediciones de las obras de Ovidio que consideramos ilustradas porque va acompañada con algún tipo de imagen, de modo que se establece una especie de comentario icónico con la obra del poeta. En este caso la única ilustración que lleva esta edición es un frontispicio calcográfico colocado delante de la portada que contiene la información de la obra, pero que como se hace también una costumbre en estas ediciones holandesas y filológicas incorpora el título, los datos del editor, del impresor y la fecha. Por otra parte la edición es casi una rareza porque no hay más que otros dos ejemplares de este tomo en el Seminario Mayor de Orense y uno más en la biblioteca arzobispal de Sevilla.

Frontispicio de la edición de Ámsterdam 1664

El grabado de la anteportada presenta una escena ficticia en la que Ovidio, asistido por la diosa Minerva que lo asiste como si fuera un héroe de la Antigüedad y lo apoya poniéndole una mano en el hombro mientras con la otra mano parece indicarle que mire la suerte de epifanía divina que puebla la imagen y se muestra ante el poeta. Ovidio está sentado en el acto de empezar a escribir, sosteniendo la pluma con la mano derecha, tiene un tintero y un folio o volumen apoyados sobre el improvisado escritorio que es un cubo de piedra con basa que parece formar parte de las estructuras arquitectónicas que articulan la imagen. El poeta, coronado de laurel y vestido a la romana con una coraza, faldellín y un manto que lo envuelve, apoya la cabeza en su mano izquierda en un acto pensativo mientras vuelve la vista las figuras divinas que se presentan ante él. Las figuras divinas están envueltas en una especie de nube que en la parte de arriba de la página acoge una asamblea divina en la que se pueden reconocer a varios dioses con sus atributos, sentados alrededor de la figura central de Júpiter que está coronado, sostiene un cetro y tiene un águila junto a él Ceres con una cornucopia, en el fondo Mercurio con un casco con alas, a continuación Apolo, con la lira y un nimbo de rayos; ante una figura en la sombra se encuentra Plutón que sostiene una horca, una especie de tridente de solo dos dientes, a continuación está Juno representada junto a su pavo real y en el fondo a la derecha aparece la figura regordeta de Baco sosteniendo una especie de cuenco para beber. En la zona derecha, como bajando de la nube y colocada sobre un pedestal se encuentra una figura de tamaño natural de la diosa Venus, en actitud púdica, con un pequeño manto que le envuelve el bajo vientre y llevándose una mano para cubrirse el pecho. Junto a ella se encuentra la figura de su hijo Cupido sosteniendo un pequeño arco. En el fondo de la imagen, entre dos columnas que parecen formar la entrada de la especie de templo en el que se encuentra el poeta, que podría relacionarse con uno de los templos circulares de la diosa del amor, se ve en vuelo el águila de Zeus llevando agarrado a su cuello a Ganímedes. en la parte de abajo se adivina una figura que levanta el brazo izquierdo, quizá en actitud de alarma al presenciar el rapto del muchacho. El grabado, sin firma, no es de gran calidad, y es, sin duda, la tercera copia de los frontispicios de las ediciones de 1652 y 1661, con el mismo tema, pero de mucha mejor calidad.

Otro ejemplar del siglo XVII constituye también una rareza en el panorama bibliotecario español, ya que solo se documenta otro ejemplar en la Biblioteca Colombina y Capitular de Sevilla de una edición de las Metamorfosis en tres volúmenes de los que la biblioteca del seminario no posee más que el primero de los tomos. En este caso se trata de una edición francesa titulada Les Metamorphoses d’Ovide, avec des explicaciones à la fin de chaque Fable. Augmentées du Jugement de Pâris, &de la Metamorphose del Abeilles.Nouvelle Traduction, enrichies de figures, que se publicó en tres volúmenes en Amsterdam en 1693 en casa del librero Pierre Mortier. Contiene una de las famosas traducciones francesas del poema ovidiano, concretamente la de Pierre Du Ryer, que se publicó por primera vez en París en 1666 con un juego de estampas tomadas de la tradición de los grabados sinópticos creados por Giacomo Franco para la edición de 1584 de la traducción de Anguillara editada por Giunta en Venecia, con la que hemos entrado en contacto en nuestras visitas a la Biblioteca Xeral de la Universidad de Santiago y al Seminario de Lugo.

El volumen, en cuya portada se inserta un retrato del poeta Ovidio, va ilustrado con seis grabados calcográficos a toda página: una anteportada y  cinco ilustraciones, una por cada uno de los cinco primeros libros de las Metamorfosis que contiene este primer tomo. La anteportada, de una calidad más bien pobre, tiene un grabado sin firma que presenta, como en el caso del ejemplar de 1664, una escena relacionada con la presencia de los dioses y la preponderancia de Venus en el poema ovidiano. Divida en dos partes por un gran paño sostenido por dos amorcillos en el que se lee LES METAMORPHOSES D’OVIDE, en la parte superior de la escena la diosa Venus, que va acompañada por Cupido, aparece desnuda y recostada, sosteniendo en su mano derecha un corazón ardiente. En la parte inferior se representa la Asamblea de los dioses donde se puede reconocer a cada uno de ellos por los atributos que portan: Saturno con una guadaña, Plutón con la horca, Baco con una copa, Ceres con una cornucopia, Pan, híbrido y recostado con un cayado pastoril, Minerva armada con escudo y lanza, Mercurio con el casco alado y sosteniendo un orbe, Neptuno desnudo, barbado y con tridente y Apolo con la lira. Todos ellos rodean a la pareja central formada por la pareja coronada de Juno, con el pavo real y Júpiter con cetro, haz de rayos y águila.

Ilustración del libro tercero

La edición completa incluye quince grabados sinópticos, uno por libro,  que contienen escenas de varios episodios del libro correspondiente, creando la ilusión de que constituyen una gran escena única. Imbricada en la tradición mencionada de los grabados de Giacomo Franco, el juego de esta edición de Ámsterdam 1693 es, en última instancia, una copia de las creaciones de Franz Clein y Salomon Saverii para la edición de Oxford de 1632, que se reutilizan en una edición latina editada en París en 1637. Las ilustraciones de esta edición holandesa, de autor anónimo, son copia de varios modelos de grabados de ediciones anteriores; concretamente de los grabados de Jacques Laloutte y Joseph Mulder, pero con influencias de los grabados de Bernard Salomon y Antonio Tempesta.

El tercer ejemplar ovidiano de esta colección del seminario es de nuevo un unicum no solo en el panorama panorama bibliotecario español, sino que es una rareza en el panorama europeo. Se trata de una edición de las Metamorfosis en un solo volumen que contiene el texto del poema recensionado y comentado por Ioannes Georgius Walchius que se editó en Leipzig 1731 en casa del eximio librero e impresor Moriz George Weidmann. Tratándose de una edición de carácter filológico, el volumen no lleva más ilustración que un retrato de Ovidio como frontispicio.

Por último, al igual que otras bibliotecas con fondos relevantes, la biblioteca de Mondoñedo también posee un ejemplar de cada uno de los tres tomos de las obras completas de Ovidio comentadas, editadas en Fráncfort en 1601 en la  imprenta Wecheliana, una edición filológica que conocemos por nuestra tercera visita a la Biblioteca Xeral de la Universidad. El tercer tomo de la edición, correspondiente al texto comentado de las Metamorfosis continua la tradición de las ediciones que llevan el comentario de Regio, como la edición parmesana conservada en el seminario, e incorpora tres diagramas de tipo astronómico y cosmográfico que acompañan al texto del poema, que, en el libro primero, se ocupa de establecer una cosmogonía, con la separación de los elementos y la creación del mundo.

Se trata de otra de las grandes ediciones de la obra completa de Ovidio, que va acompañada por una batería de comentarios de varios eruditos de distintas época que tuvo una gran importancia y difusión y que, como sucedía en el caso de la edición anterior, al tratarse de una edición filológica no tiene la intención de mostrar contenidos figurados, aunque se inclina por introducir una ilustración de tipo científico. Los diagramas remiten al conocimiento ptolemaico de la situación de la tierra, los principales planetas, la luna, el sol y las estrellas fijas y al diagrama de las zonas de la tierra, los climas y la influencia de los vientos. Por otra parte, tal y como reseña el proyecto sobre el texto de las Metamorfosis de la Universidad de Huelva, se considera una de las ediciones imprescindibles para la fijación y estudio del texto del poema.

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Joyas ovidianas: el postincunable parmesano de 1505 y la biblioteca del Seminario de Santa Catalina en Mondoñedo (Lugo)

Continuamos nuestro recorrido por las bibliotecas «ovidianas» de Galicia en Mondoñedo, la antigua y sugerente villa en la que uno de sus ilustres hijos, Alvaro Cunqueiro, entablaba conversaciones con el mago Merlín y la Santa Compaña. Allí, junto a la magnífica catedral, sede de la diócesis mindoniense, se encuentra el seminario, que ostenta el honor de ser uno de los más antiguos de España, en concreto el tercero en ser creado a finales del siglo XVI. En funcionamiento desde 1583, a partir de 1770 se traslada a un enorme edificio situado junto a la catedral y en ese momento, cuando conoce su mayor esplendor, el rey Carlos III le concede el título de Real Seminario Conciliar de Santa Catalina.

En la primera planta del edificio en el que se estableció el seminario a finales del siglo XVIII por iniciativa del obispo Losada y Quiroga, se encuentra la biblioteca, instituida por el mismo prelado, ubicada a un lado del claustro principal del Real Seminario, en la construcción más antigua, con una extensión de unos 120 metros cuadrados. En sus inicios la librería constaba de doscientas cuarenta y cinco obras, un cantidad que se ha incrementado hasta los 30000 ejemplares con los que cuenta en la actualidad.

Los fondos de la biblioteca abarcan temas relacionados con las Humanidades y Ciencias sociales y provienen en su mayoría de donaciones de sacerdotes, religiosos e instituciones, y, además, cuenta con un fondo aproximado de 10.000 monografías, pertenecientes a la biblioteca fundacional de la Domus Ecclesiae (1963). El fondo se estructura en diversas secciones: Fondo local, Fondo antiguo, fondo “Estudios Mindonienses”, Religión-Teología, Galicia, Iglesia en Galicia, Derecho canónico, Educación, Filosofía, Psicología-Medicina, Literatura e Historia. En Galiciana, la biblioteca digital de Galicia, no solo se pueden consultar los fondos de la biblioteca sino que además se encuentra digitalizada una selección.

El Fondo antiguo, que atrajo nuestra atención, encierra algunos tesoros, como un manuscrito del siglo XIII que contiene la Leyenda mayor de San Francisco, una importante colección de incunables, y una Biblia políglota, escrita en griego, persa, latín etíope, caldeo, siríaco, árabe y hebreo, que data del siglo XVII. A estos tesoros, en la nómina de los impresos más antiguos, se puede añadir un ejemplar ilustrado excepcional de las Metamorfosis de Ovidio. Una edición latina postincunable fechada en Parma en 1505, que es un libro especial por su historia editorial; una edición extraña que tiene una especie de hermana «casi gemela», aparentemente impresa el mismo día del mismo año en la misma ciudad, que, sin embargo, difiere en la calidad de la impresión y, sobre todo, en el aparato figurativo.

De este modo, se sabe que existen dos ediciones parmesanas del mismo día y año, pero la segunda de ellas es una especie de «edición pirata» que falseó la versión auténtica de gran calidad y cuidada ilustración. De esta «segunda versión», se conservan alrededor de veinte ejemplares en el mundo, uno de ellos en la biblioteca de la Universidad de Murcia; de la primera edición, que consideramos auténtica, no hay más que seis ejemplares en otras tantas bibliotecas de Europa y Estados Unidos. Uno de estos bellos ejemplares es el que reposa en las estanterías de la interesante biblioteca del Seminario de Santa Catalina en la villa lucense de Mondoñedo.

El libro, que se edita, según reza en su colofón, en las calendas de mayo, es decir el día primero del mes de mayo de 1505 en Parma en la casa de Francesco Mazzali, contiene el texto latino del poema mitológico ovidiano, acompañado por los famosos comentarios de Rafael Regio (Raphael Regius, Bergamo ca. 1440-Venecia 1520) y por un juego de sesenta xilografías que ilustran la composición del mundo, y cincuenta y nueve episodios de los quince libros de las Metamorfosis.

La edición parmesana incluye los comentarios de Regio que se publicaron por primera vez en Venecia en 1493, en una edición incunable que ya conocemos a través del ejemplar que se conserva en la Biblioteca Xeral de la Universidad de Santiago de Compostela. Es precisamente el hecho de que sea una edición latina comentada, concebida como un producto académico para la universidad, lo que la hace especial, ya que va ilustrada de manera profusa en relación con las imágenes que solían acompañar a este tipo de incunables.

Y sobre todo, lo peculiar es que, desde el punto de vista de la figuración, esta edición académica incorpora un aparato figurativo que procede en su mayoría de la serie de grabados de gran calidad que se habían realizado para la edición incunable impresa en Venecia por Giovanni Rosso para Lucantonio Giunta en 1497,  el Ovidio metamorphoseos vulgare, que no contiene exactamente el texto de las Metamorfosis, sino la traducción parafraseada en lengua vernácula realizada más de cien años antes por Giovanni Antonio Bonsignori, trufada de alegorías y añadidos que proceden de otras fuentes mitográficas anteriores.

Al igual que todas las ediciones comentadas por Regius que se publican desde 1493, la parmesana incorpora, como frontispicio del texto, el diagrama cosmográfico circular con los vientos, las zonas climáticas de la tierra y los solsticios y equinoccios. Las xilografías que componen el juego de ilustraciones que reproducen las historias del poema son de un tamaño considerable y van enmarcadas en ambos laterales por dos franjas con decoración vegetal. Así, la serie de cincuenta y tres grabados que adornaba la edición veneciana de Giunta se reutiliza en la pieza parmesana, a excepción de la primera xilografía que representa la Creación del mundo, que es un producto nuevo. A este juego de grabados reutilizados se añaden otros seis de factura muy similar, como si hubieran sido realizados por el mismo autor de la serie de 1497.

Los grabados venecianos de la edición vernácula de 1497 constituyeron, dentro del libro impreso, la primera gran serie de ilustraciones para los contenidos de las Metamorfosis, una serie que se vio aumentada en la gran edición de Parma. Desde el punto de vista del modo de figuración, las historias mitológicas se representan siguiendo los esquemas compositivos de la narración continua, en la que se figuran episodios, más o menos consecutivos en el tiempo y relacionados entre sí, desarrollándose en un mismo espacio común, de modo que una sola ilustración muestra varios momentos de una historia al igual que el poema encadena momentos distintos de las historias que generalmente culminan en una transformación.

La historia de Apolo y la serpiente
Pitón y el amor de Apolo y Dafne (f. b3 v)
La historia de Polifemo y los compañeros de Ulises (f. t8 v)

Un pequeño conjunto de ediciones ilustradas de otras obras de Ovidio comparte los anaqueles del seminario de Santa Catalina con este raro ejemplar único en España, pero las veremos en la siguiente visita a esta interesante biblioteca.

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Un feliz reencuentro en Compostela: Ovidio en el Museo do Pobo Galego

Después de un largo año de silencio, retomamos las visitas a las bibliotecas «ovidianas» y volvemos a Santiago. Nuestra última entrada nos había llevado a Lugo, siguiendo el itinerario de bibliotecas gallegas establecido en la Biblioteca Digital Ovidiana. Sin embargo, durante este último año, el azar nos deparó el hallazgo de un ejemplar de una edición ilustrada en una biblioteca de Compostela en la que no esperábamos encontrarnos con un Ovidio antiguo e ilustrado, la biblioteca del Museo do Pobo Galego, una institución santiaguesa que se ha convertido en un referente de la etnografía y patrimonio gallego.

El Museo y su biblioteca se encuentran actualmente alojados en el convento de Santo Domingo de Bonaval. Este, cuya historia se remonta al siglo XIII, ha sufrido a lo largo de los siglos modificaciones que han dado como resultado el actual edificio, donde las partes más antiguas datan del siglo XIV y las ampliaciones y reformas de Domingo de Andrade, del siglo XVIII, han dejado la huella barroca en elementos como la emblemática triple escalera de caracol. 

El camino hasta la conformación del museo en su estado actual comenzó en realidad en los años 30 por iniciativa del Seminario de Estudos Galegos, una institución nacida en 1923 con intención de estudiar y dar visibilidad al patrimonio cultural de Galicia. Esta idea se vio truncada durante la guerra civil y parte de su legado fue recogido más tarde por el Instituto de Estudios Gallegos Padre Sarmiento, dependiente del CSIC, creado en 1944. Durante la transición democrática, en 1976, empezó a ver la luz el Museo do Pobo Galego, con la constitución de un patronato cuyos objetivos se centran en investigar, conservar, divulgar, defender y promover la cultura gallega. En octubre de 1977 le fue cedido por el ayuntamiento de Santiago el convento donde hoy se encuentra, y se abrieron las primeras salas del museo. Este mismo año se inauguran también la biblioteca y el archivo, abiertos al público para la consulta y dedicados a custodiar y tratar la documentación que atesoran. 

En 2012, la biblioteca del Museo do Pobo Galego, de uso público pero titularidad privada, fue declarada por la Xunta Biblioteca de Especial Interés para Galicia. El fondo bibliográfico está compuesto por más de cien mil volúmenes, entre libros y publicaciones periódicas. De modo general, cuenta con colecciones de cartografía, pergaminos, cartelería, música, un impresionante fondo histórico con impresos y documentos anteriores a 1800 y una sección de hemeroteca. En su mayoría, los fondos proceden de donaciones, intercambios institucionales y, en menor medida, adquisiciones.

Específicamente, el conjunto está articulado en colecciones que reflejan la composición del fondo y el modo principal en que se se constituyó. Estas colecciones están formadas por bibliotecas personales privadas que se donaron al museo, tales como la biblioteca Xoaquín Lorenzo Fernández “Xocas” (Ourense, 1907 – Lobeira, 1989), la biblioteca Xesús Taboada Chivite (Verín 1907-1976), la biblioteca Antonio Fraguas Fraguas (Cotobade, 1905 – Santiago, 1999), la biblioteca Antonio Rodríguez Fraiz (Cerdedo, 1912 – Campañó, 1995), la biblioteca Manuel Beiras García (Santiago, 1904 – 1996) y la biblioteca Familia Baltar (Padrón, ca. 1790 – Santiago, 2005), que es la que nos interesa en esta ocasión.

Esta biblioteca familiar, donada al museo por los herederos de don Ramón Baltar Domínguez en 2005, comenzó a formarse a principios del siglo XIX en Padrón (A Coruña), por el farmacéutico José Baltar Varela, y fue continuada por su sobrino Ángel Baltar Varela. Conservada en la familia a lo largo de los años, fue trasladada a Santiago en los años 40 del siglo pasado, y cedida al cirujano y humanista Ramón Baltar Domínguez (1902-1981). El fondo bibliográfico se compone de mas de quince mil volúmenes de temática variada, que, cronológicamente, abarcan desde el siglo XV hasta bien avanzado el siglo XX. Una exposición de algunos de estos fondos se ha inaugurado precisamente durante este mes de febrero en el Colegio de Fonseca de la universidad compostelana.

Entre los libros antiguos de esta nutrida biblioteca de los Baltar se encuentra un ejemplar de una edición ilustrada de las Metamorfosis que vio la luz en 1589, Las Transformaciones de Ouidio traduzidas del verso latino, en tercetos, octauas rimas por el Licenciado Viana, en lengua vulgar castellana. Esta edición, con la que ya hemos entrado en contacto en dos ocasiones en nuestras visitas a la biblioteca de la Catedral de Santiago y a la Biblioteca Xeral de la Universidad de Santiago que poseen sendos ejemplares de la obra, contiene la traducción al castellano del poema ovidiano realizada por Pedro Sánchez de Viana en tercetos y octavas reales, que imprime en Valladolid Diego Fernández de Córdoba en la segunda mitad del siglo XVI. Publicada bajo el título de Las Transformaciones de Ouidio es una de las tres únicas ediciones españolas ilustradas.

Tanto desde el punto de vista del texto como del de la ilustración, la edición de Viana es heredera del modelo de las ediciones que contienen la famosa traducción italiana de Giovanni Andrea dell’Anguillara, que en 1589 ya tenía varias ediciones a sus espaldas y circulaba por Europa como un best-seller. La edición de Viana nace ya  de manera consciente como un “reflejo” de este fenómeno, pues la fiel traducción del licenciado Viana está en octava rima, como la italiana, y el formato del libro no solo es similar en la caja del texto, sino también en la elección consciente del aparato figurativo, que se compone, igualmente, de un juego de quince grabados, uno por libro, encabezando el inicio del texto. Por su parte, la edición española incluye como anexo al texto ovidiano las Anotaciones sobre los quinze libros de las Transformaciones de Ovidio, del mismo Sánchez de Viana, que consiste en un extenso conjunto de comentarios sobre las fábulas y las historias mitológicas.

Ya hemos indicado en entradas anteriores que, a pesar de que ya se conocía la magnífica edición veneciana de 1584 impresa por Bernardo Giunta y adornada con las fantásticas calcografías debidas al discípulo de los Carracci, Giacomo Franco, con la que también entramos en contacto en la Biblioteca Xeral de la Universidad de Santiago, el producto español, más modesto y menos cuidado, incorpora quince xilografías, obra de un artista anónimo, que son copias de calidad desigual de las que se incluyen en la segunda edición de la traducción de Anguillara que ve la luz en Venecia en 1563 editada por Giovanni Griffio a instancias de Francesco de Franceschi Senese. Por otra parte, los quince grabados que la adornan parecen haber sido escogidos obedeciendo al criterio de representar las historias con las que comienza cada uno de los libros del poema,  y esto parece cumplirse casi sin excepción.

A pesar de sus fallos de edición, la traducción ilustrada de Sánchez de Viana,  conoce un éxito y una difusión sin precedentes en España, de modo que la mayoría de las bibliotecas españolas con fondo antiguo poseen uno o varios ejemplares. De las más de setenta copias que se conservan en España, veintisiete ya se encuentran accesibles en sitio web de la Biblioteca Digital Ovidiana, entre los que ya se encuentra incorporado este nuevo ejemplar compostelano del que no se tenía noticia.

El ejemplar de la biblioteca del Museo do Pobo Galego, aunque está deteriorado y mutilado porque le faltan la portada y varias páginas, y carece de los grabados de los libros 6 y 13, tiene la peculiaridad de conservar una preciosa encuadernación del XVI, algo dañada, que parece la original. La copia contiene además numerosos testimonios de los numerosos lectores por cuyas manos pasó esta popular traducción de Ovidio con imágenes. Así abundan los Ex libris, entre los que destaca el nombre del que creemos que es el primero de los poseedores dentro de la familia, José Baltar, de modo que la obra llevaría en la biblioteca familiar desde sus inicios.

Ex libris,en tinta roja con el nombre del poseedor sobre el grabado de la p. 1 del libro I: DE D. JOSE BALTAR (f. 1 r., 9 r.)

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El Ovidio perdido del Seminario Mayor de Lugo

Siguiendo nuestro recorrido ovidiano por las bibliotecas gallegas, la visita de hoy, más breve de lo habitual, nos lleva hasta la provincia de Lugo, concretamente a la Biblioteca del Seminario Mayor de la propia ciudad de Lugo. La biblioteca, que se ubica en la sede del Seminario Diocesano, sito en la Avenida Ánxel López Pérez, es una institución de titularidad privada pero de uso público y gratuito.

La biblioteca posee aproximadamente 100.000 ejemplares de notable calidad y valor bibliográfico. Las materias mejor representadas evidentemente son las eclesiásticas, la teología, las escrituras y la filosofía, sin embargo, cuenta con obras fundamentales y destacadas del campo de la historia, el derecho y la lingüística, pero también de ciencias naturales y medicina. De manera concreta, es especialmente relevante la sección de ciencia que está relacionada con Ramón Mª Aller, el ilustre científico gallego del siglo XIX famoso por su labor en el campo de la astrofísica, que comenzó su vida sacerdotal y científica en el Seminario de Lugo.

Los orígenes de la biblioteca se remontan a las primeras bibliotecas episcopales de la Alta Edad Media, de modo que se puede afirmar que es una de las bibliotecas más antiguas de Galicia y por ello constituye uno de los bienes culturales más importantes de la provincia de Lugo.

El rico e importante Fondo Antiguo está formado por la Biblioteca Episcopal de la que fue autor el obispo Armañá, del siglo XVIII, al que se le añade el fondo del obispo Balanzá, ya del siglo XIX, además de significativas donaciones de varias figuras ilustres. Está constituido por obras fundamentales de diversas disciplinas y cuenta con numerosos ejemplares únicos.

El fondo ovidiano de la biblioteca del Seminario, sin embargo, no es especialmente nutrido, ya que se compone únicamente de seis ejemplares de los siglos XVI, XVII, XVIII y XIX. Tres de ellos pertenecen a ediciones latinas de los Fastos y de la poesía del destierro, y tres son traducciones de las Metamorfosis, una de ellas, de 1645, una versión castellana editada en Madrid; otra, una versión francesa del siglo XIX, y la que hemos dejado para el final, la famosa traducción italiana de Giovanni Andrea dell’Anguillara, en la magnífica edición veneciana de 1584 impresa por Bernardo Giunta y adornada con las fantásticas calcografías debidas al discípulo de los Carracci, Giacomo Franco.

Esta edición, con la que ya hemos entrado en contacto en nuestra visita a la Biblioteca de la Universidad de Santiago, es la única obra ilustrada de Ovidio conservada en el fondo del seminario, pero constituye un caso peculiar que convierte nuestra visita en una especie de excepción, porque nos enfrenta a una de esas dolorosas pérdidas que sufren las bibliotecas en las todas partes del mundo.

La rica ilustración de la edición veneciana de 1584, que se muestra en su portada y en los quince grabados, uno por cada uno de los libros del poema, primeras calcografías incluidas en una obra ovidiana, de una calidad y una belleza extraordinarias, ha desaparecido en el ejemplar lucense: las quince ilustraciones han sido arrancadas y no se conserva más que la portada. La edición conserva su valor bibliográfico en su interesante traducción, pero se ha convertido en una lamentable «rareza»: una edición ilustrada que ha perdido todo su aparato visual. Un atentado contra el patrimonio bibliográfico que ha dejado una huella irreparable.

Como patrimonio ovidiano, el ejemplar está presente en la Biblioteca Digital Ovidiana en la que queda constancia de «lo que fue y ya no es», y ocupa un lugar por derecho propio entre los trece ejemplares localizados hasta el momento en las bibliotecas españolas, de los cuales en el sitio web de la Biblioteca Digital Ovidiana  se encuentran alojados y estudiados ocho. Esta famosa edición ilustrada de Ovidio, que se convirtió en un verdadero «best-seller» en Europa, también llegó a esta gran biblioteca de la ciudad de Lugo, pero un lector desalmado decidió cambiar su destino e impedir que otros lectores disfrutaran del poema del autor latino en todo su esplendor.

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Un patrimonio excepcional: las ediciones ilustradas de Ovidio de la librería franciscana de Santiago (y II)

Volvemos hoy a la fascinante librería franciscana para terminar de presentar su patrimonio ovidiano. Después de la incursión en las ediciones del XVI y XVII, nos corresponde mostrar las ediciones del siglo XVIII y XIX que se encuentran en la biblioteca: dos conjuntos de obras completas en tres tomos, unas ediciones académicas muy conocidas y difundidas, y un tomo de la traducción española de las Metamorfosis que se edita en Madrid entre 1805 y 1819, que es una edición de excepción. Ya hemos apuntado en nuestra entrada anterior, que a excepción de las ediciones del siglo XVIII, todos los ejemplares de las obras ilustradas de Ovidio de la biblioteca franciscana son ejemplares únicos en Galicia.

Así pues, la obra ilustrada de Ovidio en el siglo XVIII está representada en la librería conventual por dos ediciones de corte escolar, que no resultan representativas de las interesantes creaciones en la ilustración mitológica que se producen en el momento. Se trata de dos ediciones latinas con comentarios de las obras completas de Ovidio, repartidas en tres tomos de similar contenido, que, sin embargo, fueron bastante relevantes para el estudio de la obra del poeta en la segunda mitad del siglo XVIII.

La primera de ellas, cronológicamente, es la edición impresa en París en 1762 por J. Barbou, que lleva el texto latino de Burmann: P. OVIDII/NASONIS/OPERA /QUAE SUPERSUNT./PARISIIS,/ Typis J. BARBOU, viâ San-Jacobeâ, sub Signo Ciconiarum./MDCC LXII. El primero de los tomos está dedicado a la obra amorosa, de modo que contiene las Heroidas, Arte de amar, Remedios contra el amor, Amores, Sobre la cosmética del rostro femenino, más dos obras atribuidas, Haliéutica y Nux. El segundo tomo contiene el poema de las Metamorfosis y el tercero contiene el resto de las obras ovidianas, Fastos, Tristes, Pónticas y el Ibis. Revisitamos esta edición que ya hemos encontrado en la Biblioteca de la Universidad de Santiago y que está muy difundida en las bibliotecas españolas, como se puede comprobar en el sitio de la Biblioteca Digital Ovidiana.

            Por lo que se refiere a la ilustración, esta edición, como ya vimos, lleva en cada tomo un frontispicio a toda página y una viñeta calcográfica al comienzo del texto, del tamaño de una tercera parte de la caja del texto, todos ellos diseñados por C. Eisen y ejecutados por Joseph de Longueil o por J.-C. Baquoy y siempre firmados siempre por los dos artistas implicados -el diseñador y el grabador- y parecen concebidos ex profeso para esta edición. Lamentablemente, en el ejemplar de la librería conventual los tres tomos están mutilados, faltos, por tanto, de los tres frontispicios que sí vimos en el ejemplar de la biblioteca de la universidad compostelana.

Solo se conservan las viñetas ilustrativas que introducen cada uno de los tomos: la del inicio del texto de las Heroidas, que alude a las cartas de amor y representa a Ovidio escribiendo mientras contempla el retrato de su amante, Corina, que sostienen unos amorcillos; la viñeta que ilustra el inicio del texto de las Metamorfosis reproduce la historia de Deucalión y Pirra, y la que se encuentra al comienzo del texto de los Fastos, que representa la danza de los sármatas alrededor del túmulo de Ovidio.

Por otro lado, se encuentran los ejemplares de los tres tomos de la edición impresa en 1783 por la Sociedad Bipontina en la ciudad del mismo nombre: Zweibrücken, en Alemania; Bipontum, en latín. Se trata de una edición de las obras de Ovidio en latín, con el texto revisado y editado por la misma Sociedad Bipontina: PUBLII OVIDII/NASONIS/OPERA/AD OPTIMAS EDITIONES COLLATA/PRAEMITTITUR VITA AB ALDO PIO MANUTIO COLLECTA/CUM NOTITIA LITERARIA/STUDIIS SOCIETATIS BIPONTINAE/EDITIO ACCURATA/BIPONTI/EX TYPOGRAPHIA SOCIETATIS/MD CCLXXXIII.

Como reza el título, es una editio collata y accurata, es decir una de las ediciones escolares precisas y establecidas a partir de las mejores ediciones, que produjo esta Sociedad entre 1778 y 1811. Se trata de una edición muy difunda que se encuentra en diversas bibliotecas españolas como se puede comprobar en el sitio web de la Biblioteca Digital Ovidiana. El primero de los tomos, que ya hemos revisado en la biblioteca coruñesa de la Casa Consulado, está dedicado a la poesía amorosa, que se complementa con otras obras atribuidas a Ovidio (Heroidas, Amores, Arte de amar, Remedios contra el amor, Sobre la cosmética del rostro femenino, Haliéutica, Consolatio ad Liviam y Nux); el segundo tomo contiene el texto comentado de  las Metamorfosis, y el tercero reúne los Fastos , la poesía del destierro, el Ibis  y los fragmentos.

Desde el punto de vista de la ilustración, son aún menos significativas que las ediciones parisinas de Barbou, ya que no presenta más que un pequeño grabado en forma de medallón en la portada de cada uno de los tomos. En el primero aparece el retrato de perfil del poeta en el que se puede leer su nombre en griego OΥΗΙΔΙΟΣ ΝΑΣΩΝ. En el segundo tomo, los temas mitológicos de las Metamorfosis se resumen en el retrato en tres cuartos de la ninfa Leucótea; en la orla del medallón que lo contiene se puede leer su nombre en latín: LEUCOTHEA. El tercer tomo ilustra la obra “histórica” de Ovidio por medio del retrato de perfil del rey Numa, que lleva una cinta ciñendo el pelo, en la que puede leerse su nombre NVMA. Los tres grabados, que llevan como firma  Weis fc., fueron realizado por Johann Martin Weis, uno de los ilustradores que trabajaban con la Sociedad Bipontina.

El único “Ovidio ilustrado” español del siglo XIX

El último ejemplar que compone el conjunto de los “Ovidios ilustrados” de la librería franciscana pertenece a una de las tres únicas ediciones ilustradas de las Metamorfosis con el texto en español. Se trata de la traducción de Francisco Crivell, publicada en cuatro tomos en la Imprenta Real de Madrid bajo el título de Metamorfóseos o Transformaciones de Ovidio. Los cuatro tomos se publicaron en diferentes momentos, entre los años 1805 y 1819, acompañados por un conjunto de ciento cuarenta grabados, realizados por el grabador valenciano José Assensio y Torres, y por una serie de once viñetas, que se colocan al comienzo de once de los quince libros de los que consta el poema .

Esta edición española está realizada sobre el modelo de las ciento cuarenta calcografías y treinta viñetas creadas entre 1765 y 1769 por un elenco de los mejores pintores y grabadores franceses, coordinados por el grabador Le Mire y el editor Basan.Dichos grabados se imprimieron por primera vez en París para enriquecer una edición bilingüe de cuatro volúmenes impresos entre 1767 y 1771; de manera independiente, se realizó en 1770 una edición en un solo volumen compuesto exclusivamente por las ilustraciones.

Las similitudes entre ambas ediciones se aprecian claramente en las ilustraciones, que resulta evidente que son una copia reducida, pero bastante lograda, de los grabados originales de la edición francesa. Sin embargo, las ilustraciones no son lo único que tienen en común  ambas ediciones, puesto que también coinciden en el número de tomos y en el proceso de impresión y publicación repartida en varios años sucesivos. De ambas ediciones se publicó, además, el volumen único de grabados.

Al igual que sucede en la edición original francesa, cada hoja de grabado es independiente y no se encuentra incluida ni en la paginación ni en la signatura del libro lo cual facilita las modificaciones en la colocación de los grabados con respecto a la edición tipo. El texto de las Metamorfosis de Ovidio se divide en quince libros como es habitual, pero en esta traducción cada libro se organiza en fábulas, individualizadas con un breve título. De manera general las hojas de grabados se colocan a la izquierda o a la derecha del inicio de su correspondiente fábula. A lo largo de ciento treinta y nueve ilustraciones, al igual que sucedía en la edición original de 1767-1771 de París, los grabados muestran momentos concretos y precisos de los mitos narrados por Ovidio concebidos como una escena única. Los temas elegidos, al igual que la estética, se acercan al estilo rococó de sus modelos.

De la comparación de los ejemplares de la edición española, estudiados en diversas bibliotecas se constata que había tres elementos que variaban en los distintos ejemplares. Estos elementos de variación son las orlas decorativas, las viñetas calcográficas y el número y la ubicación de los grabados. De acuerdo con la combinación y variación de los tres elementos en los distintos ejemplares consultados, establecimos que existen tiradas de ejemplares sencillos como el de la biblioteca del Colegio de Santa Cruz de la Universidad de Valladolid y el de la Biblioteca  Pública de Segovia, y tiradas de ejemplares lujosos, con grabados enmarcados por primorosas orlas, y con viñetas, como es el caso del ejemplar de San Francisco. En la librería conventual de Compostela se conserva únicamente un ejemplar del tomo primero de la edición que está mutilado y en un deficiente estado de conservación. No obstante, se trata de una buena muestra de esta edición decimonónica, además de un libro ciertamente raro, ya que es, no solo el único ejemplar conservado en Galicia, sino uno de los escasos conservados en España de similares características.

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Un patrimonio excepcional: las ediciones ilustradas de Ovidio de la librería franciscana de Santiago (I)

El rastreo de la obra ilustrada de Ovidio en las bibliotecas españolas que realiza la Biblioteca Digital Ovidiana nos llevó en los primeros años de la primera fase del proyecto de investigación a la magnífica librería conventual que alberga el convento de los franciscanos de Santiago de Compostela, también conocido como el Convento de San Francisco do Val de Deus. La librería está alojada dentro del complejo del convento situado en el Campillo de San Francisco, 3, a unos cientos de metros de la plaza del Obradoiro. En este momento, el propio convento, un edificio de gran envergadura al que se une una magnífica iglesia diseñada en el siglo XVIII por Simón Rodríguez, un conjunto declarado Monumento histórico artístico el 16 de agosto de 1896, forma parte de un gran complejo hotelero que mantiene en su interior las dependencias de los franciscanos entre los que se encuentra la propia biblioteca.

El convento, que está construido en un terreno llamado Val de Deus que originariamente perteneció al monasterio de San Martín Pinario, hunde sus raíces en el siglo XIII cuando, según reza la leyenda, lo funda San Francisco en una peregrinación a Compostela en 1214, encargando su construcción a un carbonero compostelano que, junto a su familia, había acogido al fraile. Del primitivo convento no quedan más que los cinco arcos apuntados de la sala capitular que se pueden ver en el claustro principal y el sepulcro de Cotolay, el hospitalario y piadoso carbonero.

Prácticamente desde el momento de su fundación y con el inicio de los estudios teológicos de los frailes se empieza a constituir la biblioteca que en la actualidad cuenta con más de 100.000 volúmenes y es una de las bibliotecas más importantes de Galicia. Del conjunto unos 80.000 forman el Fondo Antiguo en el que destaca un número considerable de incunables y post-incunables. La librería posee entre otras obras excepcionales por su antigüedad y rareza un confesional de Alonso Madrigal, el Tostado, impreso en Salamanca en 1499, del que sólo hay otro ejemplar en Estados Unidos. Y entre todas las joyas bibliográficas de este fondo tan relevante no falta una serie de ejemplares de las obras ilustradas de Ovidio que son interesantes también por su rareza en relación con los fondos españoles. Los ejemplares ovidianos proceden de los siglos XVI, XVII, XVIII y XIX. 

Nueve ejemplares componen el “Ovidio ilustrado” de la librería conventual: una edición latina de las Metamorfosis con comentario de Rafael Regio, editada en Lyon en 1528[5]; una edición bilingüe latín-francés de las Metamorfosis, publicada en Bruselas en 1677; dos conjuntos de obras completas en tres tomos del XVIII, y un tomo de la traducción española de las Metamorfosis que se edita en Madrid entre 1805 y 1819. Este grupo de piezas constituye un interesante muestreo de las ediciones de las obras ovidianas ilustradas, porque, a excepción de las ediciones del siglo XVIII, los ejemplares del siglo XVI, XVII y XIX son únicos en las bibliotecas de Galicia.

El siglo XVI: las Metamorfosis lionesas de 1528

Comenzando el análisis por orden cronológico, el primer ejemplar que hay que comentar es el correspondiente a la edición latina de las Metamorfosis impresa en Lyon en 1528. Se trata de un ejemplar especialmente interesante, porque pertenece a una edición bastante singular dentro del patrimonio bibliográfico español, ya que, no solo es único en las bibliotecas gallegas, sino que constituye un verdadero raro, dado que no hay más que otro ejemplar conocido que se encuentra en la Biblioteca de Reserva de la Universidad de Barcelona. El ejemplar de San Francisco (M.CSF.Lyon.1528) tiene además la característica añadida de ser un ejemplar mutilado, falto de portada y de numerosas páginas, de modo que no estaba totalmente identificado en la antigua catalogación de la biblioteca. La ausencia de la portada y del colofón dificultaba de manera extraordinaria la identificación de la edición a la que pertenecía el ejemplar, que estaba catalogado sencillamente como una edición de las Metamorfosis. La comparación de los tipos con otros ejemplares conocidos de ediciones francesas del mismo momento nos condujo a la conclusión de que se trataba de un ejemplar de una de las ediciones latinas con comentario de Rafael Regio que se editaron y reimprimieron en Lyon a partir de 1510, y, de manera concreta, de la de 1528, editada por Guillaume Boullé e impresa por Jean Crespin

Esta edición, en realidad, no es más que una reimpresión de la edición del año 1527, realizada por el mismo impresor y a cargo del mismo editor, y es prácticamente idéntica, pues ambas tiradas solo se diferencian en la portada y en pequeños detalles en los tipos y la caja. El contenido de ambas ediciones es el mismo: el texto latino fijado por Bonus Accursius que se imprimió por primera vez en Milán en 1475; la exégesis de Raphael Regius que apareció por primera vez en Venecia en 1493; una vida de Ovidio; las Tropologicae expositiones de Petrus Lavinius y los Argumenta o resúmenes atribuidos a Lactancio Plácido, publicados conjuntamente por primera vez en la edición de Lyon de 1510; el texto va acompañado también por los comentarios de Jacobus Crucius, Joannes Baptista Pius, Ludovicus Celius, J. Baptista Egnatius y Philippus Beroaldus, añadidos en sucesivas ediciones, y a todo esto se añaden los dísticos de Joannes Franciscus Quintianus Stoa, incluidos por primera vez en la edición de 1527. El ejemplar compostelano carece de gran parte de este contenido, ya que faltan la vida de Ovidio, los prefacios de Regius, el comentario de Lavinius y los dísticos de Quintiano, así como los inicios de los libros 1, 5, 8 y 15 y por tanto las respectivas imágenes que los introducían.

Desde el punto de vista de la ilustración, ambas ediciones iban adornadas igual, con dieciséis xilografías: quince grabados para ilustrar cada uno de los libros de las Metamorfosis y un grabado con el diagrama astronómico circular con los vientos, las zonas climáticas de la tierra y los solsticios y equinoccios, que figura por primera vez en el incunable veneciano de 1493, que ya conocemos de nuestra visita a los fondos de la Biblioteca Xeral de Santiago y que se incluye desde ese momento en todas las ediciones con el comentario de Regio. Las ilustraciones del texto, que narran una o varias escenas relacionadas con un episodio de cada libro, de acuerdo con el modo de la “narración continua”, son una reutilización de los grabados, creados para la edición de Lyon de 1510, que están atribuidos al ilustrador Guillaume II Leroy. 

Las estampas representan quince episodios relacionados con las historias narradas al principio de cada uno de los libros del poema ovidiano, de acuerdo con el esquema creado para la edición de 1510, en la que se establece el modelo de la serie de grabados. La selección de historias escogidas para ilustrar estas ediciones latinas de Lyon incluía los siguientes episodios: la creación del mundo, para el libro primero; la historia completa de Faetón con su trágico final, para el libro 2; la historia de Cadmo y la fundación de Beocia del libro 3; el episodio de las Miníades, libro 4; para el libro 5, la lucha entre Perseo y Fineo; la historia de Aracne para el libro 6; en el libro 7, las aventuras de Jasón en la Cólquide; para el octavo libro, la historia de Minos y Escila de Mégara; para el libro 9, la historia de la lucha entre Hércules y Aquelóo, con la boda del héroe vencedor con Deyanira y el episodio posterior del intento del rapto de Neso; para los libros 10 y 11, la historia de Orfeo y Eurídice y la muerte de Orfeo, respectivamente; para el libro 12, el prodigio de Aúlide, antes de la partida para Troya de los héroes griegos; para el 13, el juicio sobre las armas de Aquiles, el posterior suicidio de Ayax y las circunstancias de la venganza de Hécuba; para el libro 14, la visita de Glauco a Circe para pedirle ayuda para conseguir el amor de Escila, y la coronación de Numa y su encuentro con Pitágoras en Crotona, para ilustrar el libro 15. 

El siglo XVII: la gran edición belga de 1677

            El “Ovidio ilustrado” del siglo XVII está representado en la librería franciscana por un ejemplar único de un libro excepcional: la edición del impresor belga François Foppens publicada en Bruselas en 1677, bajo el título Les Métamorphoses d’Ovide en latin et en françois, divisées en XV livres, avec de nouvelles Explications Historiques Morales & Politiques, sur toutes les Fables, chacune selon son sujet; de la traduction de Mr Pierre Du-Ryer parisien, de l’Académie Françoise. Édition nouvelle, enrichie de tres-belles figures. Se trata de una edición de gran formato, un gran folio, con el texto latino de las Metamorfosis y la traducción francesa en prosa realizada por Pierre Du-Ryer. La edición de Foppens contiene, además, el Juicio de Paris en la traducción francesa de Nicolás Renouard, y veinte de las veintiuna Heroidas o epístolas de las heroínas traducidas también al francés. El texto del poema, dividido en fábulas, va precedido de los argumentos o resúmenes y seguido de explicaciones. Se trata, por tanto, de una edición un tanto especial, sobre todo, por su aparato figurativo y por la calidad de la impresión, fruto de la labor de un impresor de gran talento como Foppens; un producto editorial destinado a poseedores de alto nivel, como se aprecia en la dedicatoria del librero a Carlos V de Lorena.

Desde el punto de vista de la ilustración, como se anuncia en su título, la edición va enriquecida con una serie de ilustraciones, designadas como tres-belles figures, que se encarnan en un conjunto de ciento veintiséis aguafuertes de calidad desigual: el grabado de la portada, firmado por Bouché, el grabado con el retrato del príncipe Carlos de Lorena, ciento veintitrés grabados para otros tantos episodios de las Metamorfosis y uno más para ilustrar el texto del Juicio de Paris. Las Heroidas no llevan ilustración alguna. Sin duda, uno de los grandes atractivos de esta gran empresa editorial lo constituye, por una parte, el hecho de que la serie de grabados para la ilustración del poema es nueva. Se ilustran ciento veintitrés episodios o fábulas de los más de doscientos que componen las historias de las Metamorfosis y, aunque las creaciones están dentro de la tradición de la ilustración anterior, muchas de las propuestas son novedosas. Por otra parte, la serie está llena de creaciones de grandes grabadores flamencos, que, sin embargo, aparecen mezcladas con estampas de peor factura. 

Varios de los grabados van firmados, lo que nos permite poner nombre a algunos de los creadores implicados en la nueva ilustración de los episodios ovidianos. Por su firma identificamos a Martin Bouché, que firma, como grabador, la portada y once grabados; Frederick Bouttats, que firma seis grabados; Paul Bouché, que firma tres, además de Peeter Clouwet, que firma, como grabador, el grabado nº 3, en el que figura como diseñador Abraham van Diepenbeeck. Por otra parte, el monogramista HA, un artista no identificado con seguridad, firma como responsable del diseño de tres de los grabados. No obstante, la lista de artistas se amplía gracias a las investigaciones de varios estudiosos que argumentan la atribución de buena parte de las estampas a varios miembros de conocida familia de grabadores flamencos de Passe. El trabajo de los grabadores refleja o trasmite directamente creaciones de artistas, que ya habían fallecido cuando se acomete esta empresa editorial, e incorpora versiones en grabado de cuadros de los grandes pintores flamencos del momento, como Rubens o Rembrandt, que están detrás de algunas de las estampas, como la nº 16 (Juno coloca los ojos de Argos en la cola del pavo real) o la nº 32 que cuenta la historia de Acteón y el baño de Diana.  

A esta singularidad de la edición, se une otra circunstancia en el ejemplar compostelano que lo convierte en una pieza única en el panorama bibliográfico, y es el hecho de que sus grabados están afectados por un caso particular de censura. Las estampas que muestran desnudos presentan una serie de elementos utilizados para ocultar la exposición de los cuerpos que son cuidados diseños que contribuyen a aumentar el sentido artístico que caracteriza a esta edición. La mayor parte de las veces los cuerpos se cubren con sutiles ropajes, vestidos o mantos, como se ve en la estampa de Acteón inspirada en Rembrandt, mientras que en otras ocasiones se dibujan sobre los desnudos otros elementos, como el árbol que se superpone a la figura de Io en el grabado que la muestra ante Júpiter (grabado nº  12, p. 29), o el ceñido “vestido” de hojas que sube por el cuerpo de la Dafne perseguida por Apolo que comienza su metamorfosis en laurel (Grabado nº 11, p. 25). Todos los elementos de censura están realizados con tinta y con delicados trazos, lo que en muchas ocasiones ha hecho difícil diferenciarlos de las líneas del propio grabado. Se desconoce, no obstante, el momento y el autor de la artística censura, que se aparta de los habituales “borrones” o manchones de tinta, y que convierte, como ya hemos apuntado, al ejemplar compostelano en un verdadero unicum en el panorama bibliográfico ovidiano.  

La edición es, sin duda, una pieza singular, de la que se conservan pocos ejemplares. Concretamente, hasta el momento no tenemos constancia de la existencia de más de cuatro ejemplares en las bibliotecas españolas: el de la librería franciscana, que hemos presentado; el fantástico ejemplar de la Biblioteca del Senado; un ejemplar en Toledo, y uno en una biblioteca privada de A Coruña.

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En Fonseca: los Ovidios ilustrados de la Universidad de Santiago de Compostela (y III)

En esta tercera entrega sobre la Biblioteca universitaria compostelana nos corresponde visitar la parte del fondo histórico que contiene las versiones más eruditas de la obra de Ovidio. Un conjunto de ediciones que, además de constituir un hito en la edición y el estudio de las obras del poeta latino, incorporan ilustraciones de distinto tipo. Estas imágenes ratifican el interés que despiertan los contenidos ovidianos en el campo de la figuración y, con frecuencia, la necesidad de mostrar de forma visual las historias concebidas por el autor y, en ocasiones, también otros aspectos relacionados con su obra.

El siglo XVI no es solo el momento del despegue de la ilustración del poema de las Metamorfosis y de su influencia en el arte, sino también el de la consolidación de los comentarios humanistas de las obras del poeta, que desembocan en la filología crítica de los siglos siguientes. La biblioteca universitaria tiene, como era de esperar, un gran fondo de textos de uso académico con comentarios a todas las obras ovidianas, entre los que destacan los ejemplares de las ediciones que deciden incorporar la imagen a la erudición. Evidentemente, la ilustración de estos impresos no hereda el interés por el contenido detallado de los episodios, pero ofrece, sin embargo, un contrapunto a la figuración de los contenidos de las obras que obligan a adoptar una mirada distinta a lo que supone Ovidio desde el punto de vista de la imagen.

De este grupo de impresos ilustrados diferentes, la Xeral conserva, encuadernada en un volumen facticio, la edición completa de los comentarios y observaciones a las obras de Ovidio de Hércules Ciofano, el famoso humanista y filólogo, nacido en Sulmona como el poeta. La serie de textos se imprime en Amberes en distintos años consecutivos, entre 1581 y 1583, en la casa del famoso editor Cristóbal Plantino, como una especie de segunda edición del conjunto que ya había publicado Aldo Manucio en Venecia entre 1575 y 1581. De todos ellos, solo el comentario de los Fastos, que se edita en 1581 y los comentarios y observaciones a las Metamorfosis de 1583, incluyen algunos grabados de diversos tipos.

El primero de ellos lleva como frontispicio, un grabado que representa un busto de Ovidio de perfil, coronado de laureles y con una prominente nariz colocado dentro de una medalla ovalada rodeada por una orla en la que se puede leer:  P. OVIDIUS. NASONIS. SULMONEN. La estampa incorpora, además, un pie que simula una inscripción epigráfica con el texto: EX. ANTIQUO. LAPIDE. SULMONE. QUEM. IULIUS. AGAPITUS.  HERCULI.  CIOFANO. DONO. DEDIT.

El comentario de las Metamorfosis, en cambio, lleva dos xilografías incluidas en el texto. La primera de ellas (p. 56) acompaña al comentario sobre la “astronómica” historia de Calisto y su catasterismo, que Ovidio cuenta en el libro segundo (vv. 401-531), y representa las constelaciones de la Ursa maior, la Ursa minor y la de Draco. La segunda está insertada en el comentario del libro XIII (p. 233), donde se analiza el texto de la disputa por las armas de Ulises y Ayax (123-381), y es un pequeño recuadro asociado al termino NOBILITAS en el que se encuentra un busto que se identifica como Ulises por la inscripción que lleva, en la que el héroe griego se muestra bajo la apariencia de un caballero de época tocado con un gran sombrero.

También se encuentra en la biblioteca compostelana un ejemplar de los tres tomos, encuadernados en dos volúmenes, editados en Fráncfort en 1601 en la imprenta Wecheliana bajo el título Pub. Ovidii/ Nasonis sulmonensis/ poetae operum/ tomus tertius/ in quo/ Metamophosews lib. xv./ cum commentariis Raphaelis Regii, &/ annotationibus Jacobi Micylli:/ et/ carmen in ibin/ cum commentariis Domitii Zarotti et/ Iacobi Micylli/ quibus accesserunt observationes/ Herculii Ciofani & Greg. Bersmanni/ Notae perpetuae./ Cum indice copiosissimo. Se trata de otra de las grandes ediciones de la obra completa de Ovidio, que va acompañada por una batería de comentarios de varios eruditos de distintas época que tuvo una gran importancia y difusión. Como sucedía en el caso de la edición de Ciofano, esta edición filológica no tiene la intención de mostrar contenidos figurados, pero, sin embargo, en el tomo correspondiente al texto comentado de las Metamorfosis recoge el testigo de la primera edición de Regio e incorpora tres diagramas de tipo astronómico y cosmográfico que acompañan al texto del poema, que, en el libro primero, se ocupa de establecer una cosmogonía, con la separación de los elementos y la creación del mundo. Los esquemas figurados remiten al conocimiento ptolemaico de la situación de la tierra, los principales planetas, la luna, el sol y las estrellas fijas, y al diagrama de las zonas de la tierra, los climas y la influencia de los vientos expuesto en dos proyecciones separadas, que desgajan la información conjunta del diagrama que acompaña la edición incunable de las Metamorfosis que posee la biblioteca y habíamos comentado en nuestra primera entrada sobre Fonseca.

Siguiendo con las ediciones filológicas de gran envergadura que incorporan ilustraciones, la biblioteca posee también la obra completa de Ovidio en tres volúmenes que se edita en Leiden en 1670 en la Officina Hackiana con el título Publii Ovidi  Nasonis/ Opera Omnia,/ In Tres Tomos Divisa,/ Cum Integris/ Nicolai Heinsii, D. F./ Lectissimisque Variorum Notis/ Quibus non pauca, ad suos quaeque antiquitatis/ fonts diligenti comparatione reducta,/ accesserunt/ Studio/ Borchardi Cnippingii. Los ejemplares de esta edición, que recogen la recensión de Nicolaus Hensius y las notas de Bochardus Cnippingius son una de las muestras de la edición crítica del texto y el comentario filológico que se lleva a cabo en los Países Bajos a partir del tercer cuarto del siglo XVII. A pesar de su tono académico, los tres volúmenes se adornan con unos grabados de gran calidad que cumplen la función de completar de manera pertinente el sentido de cada una de las obras del poeta. El planteamiento de la edición y la ilustración son una réplica de las obras completas en tres tomos publicadas en Leiden por P. Leffen en 1662, que llevan el mismo texto y el comentario de Cornelius Schrevelius.

El primer tomo, que contiene el conjunto de la obra amorosa y texto de las cartas de las heroínas, tiene únicamente dos ilustraciones: una anteportada calcográfica  y un frontispicio con el retrato de Ovidio. El grabado de la portada figura el Juicio de Paris, el famoso episodio amoroso de la mitología antigua, que es una de las pocas historias que no cuenta el poeta en las Metamorfosis, pero que está presente en las Heroidas a través de las cartas de Paris y Helena y resulta muy adecuado para introducir la poesía de corte erótico. El grabado del frontispicio, en cambio, reproduce un medallón con el retrato del poeta que lleva la inscripción: PUBLIUS OVIDIUS NASO SULMONENSIS EX VETERI NUMISMATE REPRAESENTATUS.  El grabado de la portada va firmado por el ilustrador Pierre Philippe, como los grabados de los otros tomos.

El segundo volumen, que contiene el texto de las Metamorfosis, lleva una portada calcográfica con un grabado del Rapto de Europa, que procede del cuadro realizado en 1640 por el pintor Simón Vouet, actualmente en el Museo Thyssen-Bornemisza de Madrid. El grabado, ejecutado y firmado por Pierre Philippe, como grabador (P Phil Sculp), reconoce la autoría del diseño por medio de la firma: S Vouët inv[enit]

El texto del poema va ilustrado con quince grabados calcográficos, que funcionan como frontispicios de cada uno de los quince libros del poema. Las estampas, que forman parte de la tradición figurada que se crea con las creaciones de Giacomo Franco para la edición veneciana de 1584, que ya hemos comentado en nuestra entrada anterior, son grabados sinópticos que resumen los contenidos de cada libro, y están copiados por Pierre Philippe de las creaciones de Francis Clein y Salomón Savery para la edición inglesa de Oxford de 1632.

El tercero de los volúmenes, dedicado a la obra más “histórica” del poeta, si podemos definir así los Fastos y los libros del destierro, va ilustrado con un solo grabado que constituye la portada y muestra una escena en la que aparece el emperador Augusto a caballo, coronado de laurel, a cuyos pies se postra un personaje barbado y de descuidados cabellos que pretende figurar al afligido poeta desterrado, suplicando a quien lo había castigado el perdón que nunca llegó. 

Una mala copia del grabado del tercer tomo de la edición que acabamos de comentar, con la súplica de Ovidio al emperador, se utiliza también como portada en una rara edición del siglo XVIII, de la que la biblioteca compostelana posee el único ejemplar conservado en las bibliotecas españolas. Se trata de un volumen de pequeño tamaño con el texto latino de los seis libros de los Fastos, los cinco libros de las Tristes y los cuatro libros de las Epistulae ex Ponto, que ve la luz en Venecia en 1733 editado por Nicolò Pezzana, el impresor que heredó la famosa imprenta veneciana de Lucantonio Giunta.

Del mismo momento, cronológicamente hablando, es el siguiente ejemplar que contiene el conjunto de la poesía del destierro y se edita en Venecia en 1756 en casa de Modesto Fenzi. Se trata de una edición, relativamente difundida, en dos tomos que van encuadernados juntos en un solo volumen, aunque con portadas independientes: el primero de ellos contiene la edición que hace Erdmann Uhse (1677-1730) de los cinco libros de  las Tristes, con notas ad modum Johannis Minellii, es decir, sobre el modelo de las ediciones comentadas por Johannes Minellius,  y el segundo, los cuatro libros de las Epistulae ex Ponto y el Ibis  recensionadas por Johann Heinrich Kromayer,  también anotadas al modo de Minellius.

De nuevo, como edición escolar, la ilustración se limita a dos frontispicios, uno para cada uno de los tomos. El que introduce el tomo primero funciona como segunda portada y contiene un retrato de Ovidio y el título de la edición, en una composición  que presenta, sentados sobre un altar en el que está escrito el título de la edición, a dos niños desnudos sosteniendo una medalla con la efigie de Ovidio, coronado de laureles, en la que se puede leer PVB OVIDIUS NASO. El segundo frontispicio, en cuya parte inferior se muestra el título abreviado de la edición de las Pónticas, consiste en un mapa del lugar del destierro del poeta, el Ponto Euxino, en el que se reseñan los nombres de las ciudades, ríos y cordilleras de la zona.

Por último, la biblioteca conserva las obras completas de Ovidio, con el texto latino de Burmann, que se editan en 1762 en la imprenta parisina de Joseph Barbou. Se trata de una obra de gran difusión, que se encuentra en varias bibliotecas españolas. Se compone de tres volúmenes, cada uno de los cuales va ilustrado con un frontispicio a toda página y una viñeta calcográfica al comienzo del texto, del tamaño de una tercera parte de la caja del texto. Las calcografías, que parecen concebidas  ex profeso para esta edición, van todas firmadas por los dos artistas implicados: el diseñador, Charles Eisen,  y por uno de los dos grabadores que los ejecutan, Joseph de Longueil o Jean-Charles Baquoy

El primero de los tres volúmenes, subtitulado Erotica, está dedicado a la obra amorosa y contiene las Heroidas, Arte de amar, Remedios contra el amor, Amores y Sobre la cosmética del rostro femenino, más dos obras atribuidas a Ovidio, Haliéutica y Nux. El frontispicio que lo introduce representa a Ovidio rodeado por sus libros en una escena alusiva a la poesía, lírica y elegíaca, mientras que la viñeta, que va ilustrando el texto de las Heroidas, en una alusión a las cartas amorosas de las heroínas, representa a Ovidio escribiendo frente al retrato de su amante, Corina, sostenido por unos amorcillos.

El segundo tomo, que contiene el poema de las Metamorfosis, lleva un frontispicio que representa una escena alegórica en relación con la historia de la fábula, y una viñeta que ilustra el inicio del texto del libro primero y  reproduce la historia de Deucalión y Pirra.

Por último, el tercer volumen, que contiene el resto de las obras ovidianas, Fastos, Tristes, Pónticas y el Ibis, va ilustrado con un frontispicio que representa el momento de la despedida de Ovidio de su esposa cuando se dispone a emprender la marcha hacia el destierro; la viñeta, que introduce el inicio del texto de los Fastos, representa la danza de los sármatas alrededor del túmulo de Ovidio.

Con el adios de Ovidio a Roma nos despedimos de la magnífica biblioteca de la Universidad de Santiago.

 

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En Fonseca: los Ovidios ilustrados de la Universidad de Santiago de Compostela (II)

Después de una larga pausa veraniega, con el otoño volvemos para seguir explorando la presencia de Ovidio en el fondo antiguo de la Biblioteca Universitaria de Santiago.

En esta segunda entrada sobre la biblioteca compostelana nos ocuparemos de presentar los ejemplares de las traducciones del poema de las Metamorfosis que ven la luz en el siglo XVI y XVII. Se trata de verdaderos best-sellers que difunden por Europa el poema ovidiano en italiano, español o flamenco, acompañado de ilustraciones narrativas que embellecen los libros y ofrecen una lectura figurada de los episodios. Resulta especialmente interesante comprobar que las versiones ilustradas de esta obra de Ovidio que se conservan en la biblioteca de la Universidad constituyen una muestra de las tres maneras de ilustrar las ediciones del poema mitológico que se conciben en este siglo que por la difusión y la fama que adquirió se ha dado en llamar la Aetas Metamorphoseos.

Por tanto, a través de los ejemplares del Fondo Histórico compostelano, versiones en distintas lenguas y formatos, se puede trazar el proceso de difusión e influencia de las Metamorfosis en la segunda mitad del siglo XVI, porque en ellos se constatan las innovaciones más importantes, no solo en los formatos editoriales, sino, sobre todo, en la creación de imágenes para ilustrar los contenidos mitológicos.

La biblioteca conserva un ejemplar de cada una de las dos únicas ediciones españolas que llevan ilustraciones y, además, un ejemplar de la bellísima edición veneciana de la famosa e influyente traducción italiana de Giovanni Andrea dell’Anguillara, que, por primera vez, en 1584 se edita adornada con unos grabados en cobre de gran calidad, que inauguran un nuevo modo de figurar el mito ovidiano.

Desde el punto de vista de la cronología de la tradición ilustrada, el ejemplar que representa el primer desarrollo de las nuevas formas de ilustrar el mito es la traducción española atribuida a Jorge de Bustamante y publicada en Amberes en 1595 en casa de Pedro Bellero. Esta traducción española en prosa, que está trufada de comentarios y alegorías, es la primera versión en español del siglo XVI y se edita dieciocho veces desde inicios del XVI al inicios del XVII. A pesar de este éxito editorial, el texto mereció, sin embargo, una sola versión ilustrada, que es esta edición hispano-flamenca que lleva un juego de xilografías, que son copias fidelísimas de las planchas del grabador alemán Virgil Solis.

Licaón en lobo. Libro 1 (f. 7)

Las copias que ilustran la edición española se distinguen con dificultad de sus modelos alemanes, ya que algunas de las estampas de 1595, como la que representa la transformación de Licaón en lobo, muestran el monograma VS, la firma de Virgil Solis, lo que hizo pensar en una reutilización de las planchas originales. Sin embargo, la serie alemana no solo muestra el monograma del autor en muchas más planchas que el juego que aparece en la edición de Amberes, sino que además incorpora otras marcas de posibles grabadores del taller de Solis, que están ausentes en las planchas de la versión española. Sobre esta base se considera, pues, que los grabados que acompañan a la traducción de Bustamante deben de ser obra de un autor flamenco anónimo.

El ataque de las mujeres de los Cícones y la muerte de Orfeo. Libro 11 (f. 165v)

Por lo que se refiere al modo de ilustración del poema, de los alrededor de doscientos cincuenta episodios o historias mitológicas expuestos o narrados con mayor o menor detalle en las Metamorfosis, en la edición de Amberes se representa un amplio muestreo en la serie de ciento setenta y cinco grabados. Algunos de ellos resumen varios momentos de una historia o episodio, como el que nos muestra la muerte de Orfeo, narrada en el libro décimo primero, mientras que otros desglosan en varios grabados dos o tres momentos de una misma historia, los que representan la historia de Cadmo y la fundación de Beocia, narrada en el libro tercero.

La edición, pues, con su profusa ilustración, pretende ofrecer una versión visual de la mayoría de las historias y episodios narrados en el texto y, a la vez, constituye un caso muy interesante dentro de la ilustración de Ovidio, porque se incardina en la serie de traducciones a las lenguas vernáculas del poema de las Metamorfosis que se hacen acompañar por series de imágenes de larga e importante tradición. Por su relevancia es una edición de gran difusión que está presente en numerosas bibliotecas españolas, en las que hasta el momento hemos localizado doce ejemplares, cuatro de los cuales ya se encuentran alojados y estudiados en el sitio web de la Biblioteca Digital Ovidiana.

A diferencia de esta edición de las Metamorfosis ampliadas, tanto en el texto como en la imagen, que se detiene en intentar figurar casi cada uno de los episodios, el otro ejemplar español ilustrado, que Diego Fernández de Córdoba publica en 1589 en Valladolid, y que contiene la que se considera la mejor traducción al castellano de Ovidio, producida en verso por Pedro Sánchez de Viana, es una versión muy distinta del poema con un tipo diferente de ilustración.

Las Transformaciones de Ouidio traduzidas del verso latino, en tercetos, octauas rimas por el Licenciado Viana, en lengua vulgar castellana. Diego Fernández de Córdoba, Valladolid, 1589

Cronológicamente, representa el segundo tipo de ilustración que se desarrolla en Italia y que se materializa en la primera edición de la traducción italiana de Anguillara publicada por G. Griffio en 1561. En estas ediciones hay una reducción drástica de los grabados, que quedan en quince, uno por cada uno de los libros. Un tipo de aparato figurativo que tiene su origen en los usos de los manuscritos y los incunables franco-flamencos y se materializa en las ediciones francesas del primer cuarto del XVI, a partir de la lionesa de 1510.

Ya hemos entrado en contacto con esta edición española en nuestra visita a la biblioteca de la Catedral de Santiago, que también conserva un ejemplar, de modo que ya hemos expuesto las características de este producto de corte italianizante, cuyo modelo literario, editorial y figurativo es la exitosa traducción italiana de Anguillara, que en 1589 ya tenía varias ediciones a sus espaldas, y circulaba por Europa como un best-seller.

Sin embargo, a pesar de que ya se había publicado con sus innovadoras calcografías la gran edición de la traducción italiana de 1584 de la que hablaremos a continuación, el producto español, más modesto y menos cuidado, no incorpora calcografías, sino que utiliza las mismas xilografías, de calidad desigual, que habían aparecido en la segunda edición de la traducción de Anguillara en Venecia en 1563, impresa por Francesco De Franceschi. Como ya hicimos ver en la entrada sobre el ejemplar de la catedral, los episodios representados parecen haber sido escogidos obedeciendo al criterio de representar las historias con las que comienza cada uno de los libros del poema,  y esto parece cumplirse casi sin excepción.

A pesar de sus fallos de edición, la traducción ilustrada de Sánchez de Viana,  conoce un éxito y una difusión sin precedentes en España, de modo que la mayoría de las bibliotecas españolas con fondo antiguo poseen uno o varios ejemplares. De los cuarenta y cuatro ejemplares localizados hasta el momento veintiséis se encuentran accesibles en sitio web de la Biblioteca Digital Ovidiana

Le Metamorfosi di Ovidio, ridotte da Gio Andrea dell’Anguillara in ottava rima, con le Annotationi di M Gioseppe Horologgi & gli argomenti & postille di M Francescho Turchi: In questa nuova Impressione Di Vagle Figure adornate. B. Giunta, Venecia, 1584.

Precisamente, el tercero de los grandes ejemplares ilustrados del quinientos que posee la biblioteca universitaria es la octava edición de la misma traducción de Anguillara, que publica en Venecia Bernardo Giunta en 1584, y va adornada con unas calcografías de gran calidad realizadas por Giacomo Franco, un grabador italiano, discípulo de Agostino Carracci. El ritmo de la ilustración de esta edición sigue siendo el escogido por todas las ediciones de la famosa traducción italiana que, como acabamos de ver, también se adoptó en la versión española de Viana: quince grabados, uno para cada uno de los libros.

Desde el punto de vista de la técnica, la novedad fundamental de esta difundidísima edición radica en el cambio de la xilografía a los grabados en cobre, pero las estampas constituyen una innovación también desde el punto de vista formal, porque componen grandes frontispicios que se colocan junto al inicio de cada libro, inaugurando una visión distinta de la figuración narrativa del mito.

En un formato también nuevo, a toda página, cada uno de los quince grabados recoge una serie de episodios -no todos- de los que se desarrollan en el libro en cuestión. Sirviéndose del procedimiento de la narración continua, que compone una gran escena en la que se figuran distintos episodios para mostrar una secuencia temporal dentro de una unidad espacial, los grabados de Franco pretenden funcionar como una suerte de resúmenes figurados de las historias contenidas en cada uno de los libros que ilustran. El intento de compilar los contenidos del poema, libro a libro, se refleja también en los «Argumentos» compuestos por Francesco Turchi que acompañan a los grabados en la introducción a cada libro.

Las historias se figuran presentándolos desde delante hacia atrás, disminuyendo en tamaño y acomodándose a los lados, y en la parte inferior y superior de una línea, cuya lectura parte, unas veces, desde arriba, y, otras, va desde el frente hacia atrás. Por regla general, cada estampa privilegia uno de los episodios de cada libro por medio del tamaño, de la colocación, o de ambas cosas, y, a continuación, se colocan el resto de los episodios representados que van disminuyendo en tamaño a medida que se alejan hacia el fondo de la imagen. Las historias aparecen plasmadas en su imagen más significativa, y, como en el propio poema, se concatenan dentro de un fondo común por medio de elementos naturales de paisaje, o estructuras arquitectónicas, urbanas o aisladas, que acogen a las figuras. Todos los personajes que forman parte de las distintas escenas llevan inscrito al lado su nombre.

Todas las ediciones de esta traducción italiana tuvieron un gran éxito, como ya hemos apuntado, pero, de manera concreta, esta gran edición se convirtió en un verdadero fenómeno editorial en Europa. En las bibliotecas españolas se han localizado hasta el momento trece ejemplares, de los cuales en el sitio web de la Biblioteca Digital Ovidiana  se encuentran alojados y estudiados ocho.

Estos tres ejemplares, que representan el mejor Ovidio ilustrado del XVI, junto con la famosa traducción de Ludovico Dolce, que no está presente en la Biblioteca Xeral, tienen una importancia añadida por la influencia que ejercen sus textos e ilustraciones, no solo en los artífices, pintores y escultores del momento, sino también en otros ámbitos de las artes, como el propio teatro del Siglo de Oro. A esto habría que añadir el hecho de que las altas cotas de innovación en la narración figurada de los episodios mitológicos inspirados por Ovidio que se alcanzan en este momento no se van a ver superadas en siglo siguiente, de modo que la pervivencia de las series figuradas de grabados continúa durante largo tiempo en la edición del poema.

Un ejemplo de esta pervivencia es el éxito de la traducción flamenca de las Metamorfosis de Jan Blommaerts (Johannes Florianus 1522-1585), de la que, entre 1555 y 1650, se hicieron hasta dieciocho ediciones con diferentes juegos de grabados.

Metamorphosis dat is: Die Herscheppinghe oft Veranderinghe beschreuen vanden vermaerden ende gheleerden Poet Ovidius. G. Leestens, Amberes, 1619

A la impresa en Amberes en 1619 por Guilliam o Willem Lesteens (1590–1661), pertenece un ejemplar conservado en la biblioteca compostelana. Esta edición flamenca es una reimpresión con ligeras modificaciones de la edición de la traducción de Florianus que publica en Amberes en 1595 Peeter Beelaert, el mismo Pedro Bellero que imprime el mismo año la traducción de Bustamante que hemos comentado más arriba. Como su “gemela” española, iba ilustrada con un juego de ciento setenta y cinco grabados, copia de la serie de ciento setenta y ocho estampas realizadas por Virgil Solis.

La misma serie acompaña al texto en la edición de 1619, aunque en este caso  son ciento setenta y seis los grabados incluidos, con uno más que no figuraba en la edición de 1595, concretamente el de la conversión de las Helíades, las hermanas de Faetón, en árboles. Este mismo juego de xilografías se vuelve a utilizar en una serie de ediciones flamencas que se imprimen en Amberes y Rotterdam a lo largo del siglo XVII, en 1631, 1637 y 1650

Esta edición flamenca es una rareza en las bibliotecas españolas ya que, además del ejemplar de la biblioteca compostelana, solo se conserva otro ejemplar en la Universidad de Sevilla.

 

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En Fonseca: los Ovidios ilustrados de la Universidad de Santiago de Compostela (I)

Antes de iniciar la pausa veraniega, queremos hacer la primera de las tres visitas que hemos decidido realizar a la biblioteca que consideramos el origen de nuestro estudio sobre la ilustración de Ovidio: la Biblioteca de la Universidad de Santiago de Compostela.

La Biblioteca Universitaria tiene su origen en la primitiva Librería de la Universidad, creada a mediados del siglo XVI y situada en el Colegio de Santiago Alfeo, fundado por Alonso de Fonseca III, arzobispo de Santiago. Conocido también como Pazo de Fonseca, el edificio, que preside la Rúa do Franco con su interesante fachada renacentista, fue encargado por el arzobispo Fonseca a los arquitectos Juan de Álava y Alonso de Covarrubias. Todavía hoy sus dependencias albergan la Biblioteca Universitaria o Biblioteca Xeral de la Universidad, además de la excepcional Biblioteca América, el aula más antigua de la universidad y la capilla, que ahora sirven, ambas, como salas de exposiciones.

Biblioteca América. Foto cortesía de la Biblioteca Universitaria

Fonseca, que comenzó a funcionar como colegio universitario a partir del año 1544, es, pues, la cuna material de la universidad compostelana. Con la construcción de los otros colegios, el colegio de Santiago Alfeo, sin embargo, dejó de ser la sede única de la institución, pero esto contribuyó al inicio de la Librería que en 1573 tenía 646 volúmenes y, a partir de 1590, se confía al cuidado de los colegiales de Fonseca. La Librería se mantiene en este espacio como una institución que, a partir de 1716, convive con la recién fundada Biblioteca Pública de la Universidad. En 1840, el colegio de Fonseca se suprime como tal y es entonces cuando sus fondos bibliográficos pasan a incorporarse a la única Biblioteca de la Universidad.

Por tanto, la primitiva Librería es el germen de la actual colección histórica de la Biblioteca Universitaria, que se constituye paulatinamente a través de la adquisición de fondos por parte de la Universidad, de los donativos de destacados benefactores y de las valiosas contribuciones recibidas con motivo de la expulsión de los jesuitas en el siglo XVIII y por la desamortización en el XIX. Esto significó, entre otras cosas, la incorporación de las bibliotecas de los monasterios de Galicia entre las que destaca como la más importante, la del monasterio de San Martín Pinario de Santiago, cuya biblioteca moderna visitamos en nuestra entrada anterior.

Ejemplares del fondo histórico. Foto cortesía de la Biblioteca Universitaria

Por la riqueza de sus fondos bibliográficos, la Biblioteca Universitaria de Santiago de Compostela, que es en la actualidad una unidad funcional de apoyo a la docencia y la investigación, es una de las bibliotecas universitarias españolas más importantes. Su historia refleja la propia historia de la institución compostelana y, en gran medida, la historia de Galicia y de España. La colección de volúmenes, revistas, mapas y otros materiales bibliográficos, entre otras cosas, permite comprobar la riqueza cultural de las órdenes religiosas, rastrear la influencia de Italia en la cultura del Renacimiento en España y apreciar el influjo del movimiento intelectual de la Ilustración, en cuya época se consolida y alcanza su esplendor esta biblioteca.

Como es habitual, nuestro interés en la biblioteca compostelana se vuelve hacia su magnífico fondo histórico compuesto de 862 manuscritos, 141 incunables, 27.725 impresos de los siglos XVI al XVIII, más otros 29.727 impresos publicados entre 1801 y 1900. En este rico fondo universitario la obra de Ovidio está ampliamente representada por un extenso conjunto de sesenta y nueve volúmenes de cincuenta y cuatro ediciones distintas, que van desde ediciones críticas a traducciones, selecciones y comentarios. Entre ellas destacan, sin duda, las obras ilustradas del poeta: diecinueve ejemplares de quince ediciones distintas publicadas entre los siglos XV y XVIII. Precisamente en el rango temporal se encuentra la primera peculiaridad del interesante conjunto de obras ilustradas, porque resulta llamativo el hecho de que, a pesar de que la obra de Ovidio editada en el siglo XIX está razonablemente bien representada en la biblioteca universitaria, sin embargo no incluye ningún ejemplar de las numerosas obras ilustradas que ven la luz en durante ese siglo, ni siquiera de la única edición ilustrada española del XIX que se publica en Madrid entre 1805 y 1819.

Detalle de la exposición Ovidius vivit!. Salón del artesonado de Fonseca, antigua aula y actual sala de exposiciones. Foto Biblioteca Digital Ovidiana

Empezaremos el recorrido por el fondo de ediciones ilustradas de la universidad por el siglo XV, ya que uno de los más de cien incunables que atesora la Biblioteca Universitaria es una obra ovidiana ilustrada. Se trata de un ejemplar de la primera edición lícita del texto de las Metamorfosis con la exégesis y el comentario del humanista veneciano Rafael Regio (1440-1520), profesor de retórica en Padua y consumado latinista. La edición, que ve la luz en 1493 -con posterioridad al 5 de septiembre, aunque no se reseña la fecha en la publicación-, se imprime en casa del tipógrafo bergamasco Bernardino Benali e incluye por primera vez una ilustración que no está relacionada con la autoría del texto, como era habitual en las ediciones de los clásicos latinos de la última década del siglo XV.

La única xilografía que adorna el volumen va colocada como frontispicio antes del inicio del texto del poema comentado y muestra un diagrama cosmográfico circular, en el que se señalan los puntos cardinales, los vientos, las zonas climáticas de la tierra, y los solsticios y equinoccios.  La inclusión de este grabado, que, a partir de esta edición, aparecerá en la mayoría de las ediciones del poema con la exégesis de Regio publicadas en Italia y Francia durante la primera mitad del siglo XVI, supone el primer intento de ilustrar las ediciones académicas latinas del poema de las Metamorfosis de un modo diferente. El ejemplar compostelano, que está en muy buen estado de conservación, procede del Colegio de la Compañía de Jesús y es una de las cuatro copias de este incunable que se conservan en bibliotecas españolas, junto con las de Granada, Salamanca y Valladolid.

Los impresos del siglo XVI constituyen la parte más interesante del fondo de las ediciones ilustradas que posee la Universidad de Santiago. Los ocho ejemplares de la centuria constituyen un significativo muestreo de diferentes obras y procedencias, ediciones latinas y famosas traducciones, todas ellas ilustradas de diferentes maneras.

Las ediciones latinas, que comentaremos primero, están representadas por tres volúmenes de gran interés: dos ejemplares venecianos atribuidos al famoso impresor Giovanni Tacuino y un ejemplar de las Heroidas, impreso en Lyon por Etienne Gueynard. Los tres son productos de la primera mitad del siglo y suponen el inicio de la edición erudita de los textos de las obras de Ovidio con comentarios y con una ilustración pensada específicamente para mostrar el contenido de los distintos escritos del poeta latino. Los impresos venecianos, un ejemplar de la edición de las Tristes, que no tiene ni impresor, ni lugar ni fecha de publicación, pero se considera un producto veneciano del citado editor, posiblemente de 1515, y un ejemplar de la edición los Fastos que ve la luz en Venecia en 1520, se encuentran encuadernados  juntos en lo que llamamos un volumen facticio.

El primero de ellos, cronológicamente, es un raro ejemplar de las elegías del destierro que se considera una versión tardía de la edición del texto latino de los cinco libros de las Tristes, comentados por el humanista mantuano Bartolomeo Merula, que Tacuino había publicado en 1511 acompañado por un juego de cinco xilografías, cada una encabezando uno de los libros. El aparato figurativo del ejemplar compostelano está compuesto de la misma manera, aunque, en este caso, las xilografías son copias bastante mediocres de los grabados de 1511. Por lo que se refiere al carácter y contenido de las ilustraciones, cada grabado presenta una sola escena relacionada con las circunstancias vitales de Ovidio en relación con el exilio y el contenido de las elegías, que además va glosada por una frase latina que resume el contenido de la representación y remite al contenido del libro ilustrado. La xilografía del primer libro nos presenta a Ovidio entregando su obra al mensajero que lo llevará a Roma, la urbe que aparece representada en el fondo de la escena y va identificada por su nombre. La inscripción del grabado reza Ovidius exul librum alloquit (“Ovidio, exiliado, habla con su libro”) recordando cómo en el poema el autor interpela en primera persona al libro que irá a Roma sin él, convirtiéndolo en su primer interlocutor.

Grabado del primer libro de las Tristes (f. I)

  En las bibliotecas españolas solo se conservan tres ejemplares más de esta rara edición, uno en la Biblioteca Histórica de la Universidad Complutense de Madrid y dos más en la Biblioteca General de la Universidad de Salamanca.

De manera similar, el ejemplar de la edición veneciana de los Fastos de 1520, constituye también un caso especial en la ilustración de la obra ovidiana. El impreso es una reedición de los Fastos compuestos en casa de Tacuino en 1508 que presentan el texto latino del poema sobre las festividades religiosas romanas, comentado por los humanistas Antonio Constanzi di Fano y Paolo Marso, por primera vez acompañado de ilustraciones, una serie de xilografías, de factura desigual, que se colocan en el inicio de cada uno de los seis libros de la obra y que remiten al contenido del poema.  

Grabado del libro primero de los Fastos (f. 1)

Cada uno de los grabados que ilustran los libros muestra dos o tres escenas relacionadas con las fiestas y acontecimientos relacionados con el mes en cuestión, de enero a junio, de acuerdo con una estructura que ya se encuentra en las xilografías que acompañan al primer ejemplar ilustrado de otra obra ovidiana, el poema de las Heroidas o cartas de las heroínas, que Tacuino edita por primera vez comentado y acompañado de grabados en 1501. En el grabado del libro primero, dedicado al mes de enero, la ilustración muestra en la primera parte a Ovidio ante la estatua de Jano bifronte, y , a continuación, en la segunda parte, aparece Rómulo estableciendo el calendario romano. En las bibliotecas españolas solo hay un ejemplar más de esta edición de los Fastos que se conserva en la Biblioteca  de Reserva de la Universidad de Barcelona.

El tercero de los ejemplares de ediciones latinas de la primera mitad del siglo XVI es un ejemplar de la primera edición ilustrada de las Heroidas publicada en Francia. Un impreso lionés editado por Etienne Gueynard en 1513, que constituye una rareza en las bibliotecas españolas ya que además del ejemplar compostelano, que está muy bien conservado, solo hay otra copia en la Biblioteca Histórica de la Universidad Complutense de Madrid. Se trata de una de las ediciones compuestas del texto de las cartas de las heroínas, la epístola de Safo, que se había vuelto a descubrir a finales del siglo XV, y el Ibis, que van acompañadas de la introducción, anotaciones y comentarios de una serie de estudiosos -Antonio Volsco, Ubertino Clérico Crescentinate, Domicio Calderino y Josse Bade- que se ocupan de glosar e ilustrar de forma erudita las distintas obras.

Desde el punto de vista editorial y figurativo, estas Heroidas constituyen una muestra más de la estrecha relación existente entre los impresores venecianos y lioneses, ya que reproducen el modelo de la edición ilustrada de Venecia, impresa por Tacuino en 1501, con el mismo texto, y una portada y un juego de xilografías que están copiadas de la edición veneciana. Hasta la edición de 1508, incluida, las ediciones francesas de las Heroidas con este mismo texto no llevaban más ilustración que el grabado inicial de la portada con la imagen del autor y sus comentaristas, identificados por los nombres que van escritos en cartelas suspendidas en la parte superior de la imagen, una práctica común en las ediciones incunables y postincunables venecianas de clásicos latinos para representar a distintos autores sentados en  el scriptorium,  adaptando el grabado a cada obra por el método de modificar las cartelas con los nombres. La edición francesa de 1513 mantiene este tipo de portada, con Ovidio, flanqueado por Volsco y Ubertino, que aparecen entregados a la escritura en sus pupitres, pero incrementa el aparato decorativo y figurativo incorporando la serie de veintidós de xilografías que ilustran las cartas y el Ibis, y por ello constituye una novedad en el aspecto editorial y decorativo en Francia.

Los grabados para cada una de las cartas, copias fieles de las xilografías venecianas, acompañan y completan el texto en el intento de afrontar la narración de momentos significativos y reconocibles de las historias que se relatan en las epístolas amorosas. Para ello, se sirven de la estructura en tres partes diferenciadas, que hemos visto también en la edición de los Fastos, lo que permite simular la secuencia del tiempo y mostrar diferentes espacios en los que se desarrollan escenas y acciones, que a veces son simultáneas y paralelas.

Grabado de la carta de Ariadna a Teseo (f. liiiv)

Finalmente, la estructura compuesta de la edición se hace patente en el uso diferenciado de los grabados, que marcan el carácter autónomo de la epístola de Safo y del Ibis. Ambos textos van introducidos por dos grabados de mayor tamaño que no tienen la comentada estructura tripartita y muestran una sola escena alegórica a los contenidos de ambas composiciones.

Epístola de Safo a Faón (f. cviii)

Nos despedimos temporalmente. En septiembre, cuando hayan terminado las merecidas vacaciones, volveremos a la Biblioteca Universitaria de Santiago de Compostela para examinar el resto de las ediciones ilustradas de Ovidio del siglo XVI que descansan en su fondo. Valete.

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