Abrir publicación

Los Ovidios académicos e ilustrados de una biblioteca excepcional: el Seminario Metropolitano de San Atón (Badajoz)

Después de terminar las visitas a las bibliotecas ovidianas de las provincias de A Coruña y Lugo, hacemos un alto en nuestra gira por Galicia para iniciar una serie de incursiones en bibliotecas de otras Comunidades Autónomas que hemos visitado en momentos más recientes. Así en esta ocasión nos vamos a Extremadura, en concreto a la ciudad de Badajoz, donde se encuentra una institución académica excepcional: el Seminario Metropolitano de San Atón.

La magnifica biblioteca del Seminario Conciliar de San Atón, que nace pareja a la institución eclesiástica que se funda en 1664, comenzó su andadura como una primera “librería” para la educación de los futuros sacerdotes y, andando el tiempo, ampliada y enriquecida, con un fondo que ya contaba dos mil volúmenes, se convirtió en el siglo XVIII en una biblioteca pública para la ciudad de Badajoz, que carecía de ella, y, después, en una biblioteca universitaria al ser el seminario elevado al rango de universidad el 17 de agosto de 1793.

La biblioteca es una entidad de titularidad privada, y como tal está específicamente dirigida a los seminaristas, sacerdotes de la diócesis de Mérida-Badajoz y profesores y alumnos del Centro Superior de Estudios Teológicos y del Instituto de Ciencias Religiosas Santa María de Guadalupe. Todos ellos tienen acceso a todos servicios prestados por la biblioteca: lectura en sala, reprografía y préstamo. Pero, además, el Seminario, conocedor de la importancia de sus fondos para el desarrollo de la cultura, ofrece a todos los investigadores acceso a ellos través de su consulta en sala y de medios reprográficos.

La admirable colección bibliográfica con la que cuenta en la actualidad, una de los más ricas de Extremadura, se compone de más de 43.500 volúmenes, de los cuales 13.800 constituyen su fabuloso fondo antiguo que ha sido catalogado recientemente.  Entre los fondos se cuentan cincuenta manuscritos, nueve incunables y numerosos impresos de entre los siglos XVI y XVIII, entre los que destacan la extraordinaria Políglota de Amberes o Biblia Regia de Arias Montano (1569), una edición «princeps» romana de El Fisiólogo de San Epifanio (1587), que es uno de los pocos ejemplares existentes en España y los ejemplares de los Sermones, de San Vicente Ferrer (1509), la Catena aurea, de Santo Tomás de Aquino (1520), las Obras, de Virgilio (1527), la edición italiana del Orlando Furioso, de Ariosto (1556), la edición de 1558 de la Gramática latina, de Nebrija, y, del mismo año, el Catecismo del arzobispo de Toledo Bartolomé Carranza, uno de los poquísimos ejemplares existentes en el mundo, salvado de la destrucción a que fue sometida la edición.

Incunables (Foto: Rocío Pérez)

Aunque el fondo de la biblioteca pertenece mayoritariamente al campo de las ciencias religiosas, entre los impresos de los siglos XV al XIX hay una buena colección de obras de autores clásicos, griegos y latinos entre los que destacan los treinta y seis ejemplares de dieciocho ediciones diferentes del siglo XVI al XIX de las distintas obras de Ovidio. Los ejemplares de las obras de Ovidio que se datan en el siglo XVI vienen a ratificar la variada procedencia internacional de los más de mil impresos de este siglo que conserva la biblioteca, al igual que los cinco ejemplares de las ediciones del XVII. No obstante, el grueso de los ejemplares ovidianos pertenece al siglo XVIII, en el que la actividad editorial se ve incrementada y las ediciones de las obras de Ovidio reflejan el desarrollo de la ciencia filológica y el interés por el mundo clásico que caracteriza al Siglo de las luces. Los veintitrés ejemplares que forman el fondo ovidiano de este siglo en la biblioteca pacense muestran asimismo el desarrollo de la edición de las obras de poeta en el panorama español. La edición de Ovidio en el siglo XIX también está representada en el fondo de la biblioteca del seminario por medio de tres ejemplares, que provienen de las imprentas de París y de Leipzig. La última de las ediciones de fondo antiguo que contienen las obras del poeta es ya una edición crítica, concretamente los tomos segundo y tercero de una reimpresión de 1896 de la importante edición de la obra de Ovidio realizada por el filólogo C. H. Weise y publicada por primera vez en 1845, lo que da cuenta de la vocación científica y filológica del fondo de la biblioteca del seminario.

Incunables de San Atón (Foto: Rocío Pérez)

Por lo que se refiere a las obras que consideramos ilustradas, el fondo de la biblioteca posee, en sentido estricto, ocho volúmenes ilustrados de obras de Ovidio que pertenecen a cuatro ediciones diferentes, que tienen diversos tipos de ilustración. Desde la más compleja, la de la edición veneciana de 1586 que incluye una serie completa de grabados que ilustran el contenido del poema desde el punto de vista de las fábulas mitológicas, es decir, una edición con una ilustración narrativa que es lo que se considera una edición ilustrada al uso, a la más simple, en la edición también veneciana de 1779, que va ilustrada sencillamente con un retrato del poeta en la portada, pasando por un tipo de ilustración esquemática, en dos ediciones latinas, la suiza de 1543 y la alemana de 1601, que ya conocemos porque forma parte del fondo de la Universidad de Santiago y de la biblioteca del Seminario de Santa Catalina de Mondoñedo que visitamos en la última entrada.

Metamorfosis.Mycillus.Hervagius.Basilea.1543 (M.SMB.Bas.1543a) Portada 

Estas dos últimas ediciones pretenden mostrar gráficamente los contenidos de las Metamorfosis desde un enfoque que se aproxima a la ilustración científica. Así, en la biblioteca del seminario se conservan dos de los tomos de una edición de las obras de Ovidio de gran formato compuesta por tres volúmenes publicados en Basilea por Johann Herwagen (Ioannes Heruagius) en 1543, 1549 y 1550, respectivamente. El primer volumen de esta publicación excepcional, del que la biblioteca posee dos ejemplares, contiene la edición del texto de las Metamorfosis realizada por el filólogo y poeta alemán Jacobus Micyllus o Jakob Moltzer (1503-1558), que constituye un hito en la edición académica de la obra ovidiana. El texto del poema va acompañado de tres tipos de comentarios: las famosas enarrationes de Rafael Regio, los comentarios atribuidos a Lactancio y las anotaciones del propio Micyllus.

El tono académico y erudito de esta edición se ve incrementado con la inclusión en el volumen dedicado a las Metamorfosis de tres grabados situados en las páginas iniciales del libro primero del poema para explicar los versos que contienen la que se conoce como “cosmografía ovidiana”. Es sabido que en el inicio del libro primero, entre los versos 21 y 68, Ovidio relata el comienzo del mundo, una suerte de creación en la que el poeta hace una cumplida descripción de la conformación de la tierra como esfera, después de que el caos se ordene y se separen los elementos. En las primeras líneas se dibuja la organización de la tierra, el agua y el aire (vv. 21-31), se describen las cinco zonas climáticas de la tierra (vv. 45-51), y se habla del papel del aire y su relación con los vientos, que son nombrados y diferenciados porque soplan en “regiones separadas” (vv. 52-68). 

Metamorfosis.Mycillus.Hervagius.Basilea.1543 (M.SMB.Bas.1543a) Diagrama 1 (p. 4)

Para estos versos, pues, se concibe una representación gráfica en forma de diagramas cosmográficos circulares similares a los que ilustran en las primeras ediciones incunables el difundido e influyente De sphaera de Johannes de Sacrobosco. El primero de los diagramas contiene la tierra, el agua y ocho de los nueve cielos, con los nombres de cinco planetas, el sol y la luna. Este tipo de esquema pertenece a la tradición ptolemaica y está recogido en el tratado de la esfera de Sacrobosco de donde pasó seguramente a ilustrar un incunable de las Metamorfosis impreso en Lyon en 1497 por Jacques Maillet, que se puede considerar una de las fuentes para la ilustración de esta edición suiza.

El segundo de los diagramas representa las cinco zonas climáticas de la tierra, los polos, los trópicos, el ecuador y los círculos polares. Esta descripción de las zonas de la tierra y su clima y condiciones de habitabilidad está establecida en el texto del poema, tanto es así que estos versos concretos de Ovidio se aducen en los tratados cosmográficos, como en el citado de Sacrobosco. Por último, un tercer diagrama cosmográfico representa en la esfera los puntos cardinales y los vientos de cada zona de la tierra. Acompaña a los siguientes versos donde se produce la descripción de la cualidad del aire y de los vientos. Ambos diagramas desglosan el diagrama cosmográfico compuesto por una combinación de estos dos últimos (las zonas y los vientos con los puntos cardinales) que aparece por primera vez en la edición veneciana de las Metamorfosis de 1493, la primera con el texto y los comentarios de Rafael Regio, que ya conocemos por nuestra visita a la Biblioteca Xeral de la Universidad De Santiago.

Metamorfosis.Mycillus.Hervagius.Basilea.1543 (M.SMB.Bas.1543a) Diagramas 2 y 3 (pp. 5 y 6)

 Por otro lado, en la biblioteca del seminario también se encuentra un ejemplar de cada uno de los tres tomos, encuadernados en dos volúmenes, editados en Fráncfort en 1601 en la imprenta Wecheliana, que ya conocemos por anteriores visitas a dos bibliotecas gallegas, como hemos indicado antes. Se trata de otra de las grandes ediciones de la obra completa de Ovidio, que va acompañada por una batería de comentarios de varios eruditos de distintas épocas y que tuvo una gran importancia y difusión. Como sucedía en el caso de la anterior, esta edición filológica no tiene la intención de mostrar contenidos figurados, pero, sin embargo, en el tomo tercero (fig. 5), correspondiente al texto comentado de las Metamorfosis, reproduce la estructura figurativa de la edición de 1543, con tres diagramas cosmográficos idénticos, que acompañan igualmente a los versos de la cosmogonía ovidiana.

El tercer ejemplar ilustrado del fondo ovidiano del seminario de San Atón, una copia de la edición veneciana de las Metamorfosis impresa por Nicolò Moretti (Nicolaus Moretus) en 1586, que lleva por título P. Ouidii Nasonis Metamorphoseon Libri XV / Raphaelis Regii volaterrani luculentissima explanatio, cum nouis alterius viri eruditissimi, additionibus; Lactantii Placiti in singulas fabulas argumenta; eruditissimorum virorum Coelii Rhodigini, Ioan. Baptistae Egnatii, Henrici Glareani in pleraque omnia loca difficiliora annotationes. Venetiis : apud Nicolaum Moretum, MDLXXXVI.

Se trata de una de las ediciones latinas, eruditas, pero profusamente ilustradas que siguen la tradición iniciada por el famoso impresor Giovanni Tacuino en 1513 y que, como el resto de las ediciones de esta tradición, incluyen junto al texto original del poema ovidiano los comentarios de Regio y otra serie de anotaciones y adiciones de diversos estudiosos.  Es una de las ediciones tardías del siglo XVI cuyo modelo son las primeras versiones latinas ilustradas con grabados mitológicos, concretamente la edición del poema de 1513, un temprano producto veneciano que significó una nueva era para la edición de las Metamorfosis latinas comentadas y con ilustraciones, ya que el editor acomete en ella la corrección y la ampliación de la serie de grabados mitológicos que se había difundido en las ediciones italianas y francesas del poema a principios del XVI y que procedía, en última instancia, de la larga serie creada en 1497 para el incunable veneciano del poema en lengua vernácula,  que se reutilizó y modificó en la edición parmesana de 1505, que conocemos por nuestra primera visita al Seminario de Mondoñedo.

Metamorfosis.Regius.Moretus.Venecia.1586. Portada. 

La nueva serie de grabados de la edición de Tacuino se componía del diagrama cosmográfico asociado a las ediciones con los comentarios de Regio, al que ya nos hemos referido y de sesenta y dos estampas relacionadas con los contenidos del poema. Todo ello se constituye en un modelo que tendrá numerosas secuelas, una de las cuales es esta edición de 1586 que incorpora un aparato iconográfico imbricado en esta tradición, aunque prescinde del diagrama cosmográfico y ya no muestra la serie completa de 1513, pues ha perdido varios de los grabados originales, algunos de cuales se han sustituido por xilografías creadas para otras ediciones. Es, por tanto, una edición de una calidad mediana, aunque constituye una cierta rareza en el panorama del patrimonio bibliográfico español, ya que, además del ejemplar del seminario pacense, solamente hay otros cuatro ejemplares en bibliotecas españolas.

Metamorfosis.Regius.Moretus.Venecia.1586. Ovidio escribiendo (Libro1, grabado 1, p.1) 

La ilustración de la edición, como en su modelo remoto, en lugar de iniciarse con la imagen de la creación del mundo que adornaba las ediciones incunables y post-incunables anteriores, comienza con un grabado que introduce el texto del libro primero con la representación de Ovidio sentado al escritorio y escribiendo un libro que asumimos que son las Metamorfosis, ya que el proemio del poema tiene un ejercicio metareferencial por el que el poeta, en su petición de ayuda a los dioses para completar su tarea literaria, se refiere a la propia obra que está comenzando. La figura de Ovidio va ataviada con un atuendo que pretende reproducir una vestimenta romana, casi militar, y, como corresponde a un poeta, va coronada de laurel. Es un personaje barbado y su apariencia lo aproxima más a la imagen de “un César”, como el propio emperador Carlos V, que a la imagen del poeta, sin barba y con un aspecto menos maduro, que muestran los retratos a la antigua que se empezarán a incluir en sus obras en este momento. Esta práctica de introducir la imagen del poeta escribiendo su obra procede de la ilustración de los incunables de las obras de autores clásicos y ya estaba presente en el modelo de 1513, aunque el grabado de esta edición que hace alusión al autor y de manera explícita al poema de las Metamorfosis adopta la forma de una escena con más personajes ambientada en un paraje natural.

Por lo que se refiere al resto de las estampas narrativas que ilustran la edición, el conjunto de grabados, que se ajusta al intento de dotar de figuración a las historias mitológicas más relevantes del poema, se compone de cincuenta y nueve xilografías de pequeño formato, cincuenta y cinco de las cuales, como ya hemos dicho, son la copia de los originales de la edición veneciana de 1513.

Metamorfosis.Regius.Moretus.Venecia.1586. Las hazañas  de Hércules (Libro 9, grabado 35, p.183) 

El último conjunto de ejemplares ilustrados del fondo del seminario pertenece a una serie de ediciones de la obra de Ovidio que se origina en Francia a finales del siglo XVII. Se acomete en ese momento la realización de una colección de ediciones de los autores clásicos para ad usum Delphini, para la educación del Delfín de Francia, encargando la compilación y comentario de las obras de Ovidio al erudito helvético Daniel Crispin. Desde la primera edición en cuatro volúmenes de todas las obras del poeta latino que aparece en Lyon en 1689, hasta 1821, se publican, con ligeras modificaciones, veintiséis ediciones comentadas. Dos de estas ediciones se encuentran en el fondo de la biblioteca de San Atón: la de 1779, de la que solo se conservan dos de los cuatro tomos, y la que publica Remondini en Venecia en 1792 que está completa.  

OperaOmnia.Crispinus.Constantinus.Venecia.1779.t4. Portada. 

Una de las características que comparten varias de las ediciones de estos textos comentados es la confección de las portadas de todos los tomos en las que figura un grabado con la efigie del poeta Ovidio presentada en una pretendida moneda que lleva su nombre en griego. La imagen del poeta, representado de perfil, con el pelo corto y el semblante adusto, simula un busto antiguo, y su fisonomía, como ya es habitual, está determinada por la gran nariz que su cognomen recuerda. Muchas de las ediciones de las obras de autores clásicos presentan la imagen del autor como marchamo de cierta autenticidad y en recuerdo de la práctica iconográfica de reconstrucción de la iconografía -entendida como retratística- de los hombres del pasado a través de las imágenes de las monedas. 

Un conjunto de retratos e imágenes de Ovidio que aparecen en las distintas obras ilustradas se puede consultar en el sitio web de la BDO.

.

Abrir publicación

Rarezas ovidianas: el peculiar Ovidio ilustrado de la biblioteca del Seminario de Santa Catalina en Mondoñedo (Lugo)

Volvemos a visitar la singular biblioteca del Seminario Conciliar Santa Catalina de Mondoñedo que fue objeto de nuestra última visita, para presentar cuatro ediciones ilustradas del poeta romano Publio Ovidio Nasón de los siglos XVII y XVIII que se encuentran entre sus numerosos fondos y que vienen a complementar el panorama de excepcionalidad marcado por la presencia en su fondo del famoso post incunable de 1505 que presentamos en la entrada anterior.

En primer lugar, la biblioteca posee un ejemplar de uno de los tomos de las obras completas de Ovidio anotadas y comentadas por el famoso filólogo Nicolas Hensius que se publicaron prácticamente como «libros de bolsillo», editados por los Elzevier, una familia holandesa de libreros, editores e impresores, que se hizo famosa por sus ediciones en pequeño formato, doceavo (12º), y de precio ajustado, que constituyeron no solo una novedad, sino sobre todo una empresa editorial en relación con los clásicos.

El volumen que posee el seminario mindoniense pertenece a la edición de 1664, la tercera de las ediciones anotadas por Hensius que se edita en la imprenta que en ese momento regentaba Daniel Elzevir, uno de los miembros de la famosa familia de impresores. El tomo de la biblioteca es el primero de los tres que componen las obras completas, Como es habitual en estas ediciones de las obras de Ovidio, el primero de los tomos está dedicado a las obras amorosas, de modo que contiene las Heroidas, el Arte de amar , los Remedios contra el amor, los Amores, Sobre la cosmética del rostro femenino, la Haliéutica, la Consolatio ad Liviam y Nux.

No se trata de una edición profusamente ilustrada, sino que pertenece al grupo de ediciones de las obras de Ovidio que consideramos ilustradas porque va acompañada con algún tipo de imagen, de modo que se establece una especie de comentario icónico con la obra del poeta. En este caso la única ilustración que lleva esta edición es un frontispicio calcográfico colocado delante de la portada que contiene la información de la obra, pero que como se hace también una costumbre en estas ediciones holandesas y filológicas incorpora el título, los datos del editor, del impresor y la fecha. Por otra parte la edición es casi una rareza porque no hay más que otros dos ejemplares de este tomo en el Seminario Mayor de Orense y uno más en la biblioteca arzobispal de Sevilla.

Frontispicio de la edición de Ámsterdam 1664

El grabado de la anteportada presenta una escena ficticia en la que Ovidio, asistido por la diosa Minerva que lo asiste como si fuera un héroe de la Antigüedad y lo apoya poniéndole una mano en el hombro mientras con la otra mano parece indicarle que mire la suerte de epifanía divina que puebla la imagen y se muestra ante el poeta. Ovidio está sentado en el acto de empezar a escribir, sosteniendo la pluma con la mano derecha, tiene un tintero y un folio o volumen apoyados sobre el improvisado escritorio que es un cubo de piedra con basa que parece formar parte de las estructuras arquitectónicas que articulan la imagen. El poeta, coronado de laurel y vestido a la romana con una coraza, faldellín y un manto que lo envuelve, apoya la cabeza en su mano izquierda en un acto pensativo mientras vuelve la vista las figuras divinas que se presentan ante él. Las figuras divinas están envueltas en una especie de nube que en la parte de arriba de la página acoge una asamblea divina en la que se pueden reconocer a varios dioses con sus atributos, sentados alrededor de la figura central de Júpiter que está coronado, sostiene un cetro y tiene un águila junto a él Ceres con una cornucopia, en el fondo Mercurio con un casco con alas, a continuación Apolo, con la lira y un nimbo de rayos; ante una figura en la sombra se encuentra Plutón que sostiene una horca, una especie de tridente de solo dos dientes, a continuación está Juno representada junto a su pavo real y en el fondo a la derecha aparece la figura regordeta de Baco sosteniendo una especie de cuenco para beber. En la zona derecha, como bajando de la nube y colocada sobre un pedestal se encuentra una figura de tamaño natural de la diosa Venus, en actitud púdica, con un pequeño manto que le envuelve el bajo vientre y llevándose una mano para cubrirse el pecho. Junto a ella se encuentra la figura de su hijo Cupido sosteniendo un pequeño arco. En el fondo de la imagen, entre dos columnas que parecen formar la entrada de la especie de templo en el que se encuentra el poeta, que podría relacionarse con uno de los templos circulares de la diosa del amor, se ve en vuelo el águila de Zeus llevando agarrado a su cuello a Ganímedes. en la parte de abajo se adivina una figura que levanta el brazo izquierdo, quizá en actitud de alarma al presenciar el rapto del muchacho. El grabado, sin firma, no es de gran calidad, y es, sin duda, la tercera copia de los frontispicios de las ediciones de 1652 y 1661, con el mismo tema, pero de mucha mejor calidad.

Otro ejemplar del siglo XVII constituye también una rareza en el panorama bibliotecario español, ya que solo se documenta otro ejemplar en la Biblioteca Colombina y Capitular de Sevilla de una edición de las Metamorfosis en tres volúmenes de los que la biblioteca del seminario no posee más que el primero de los tomos. En este caso se trata de una edición francesa titulada Les Metamorphoses d’Ovide, avec des explicaciones à la fin de chaque Fable. Augmentées du Jugement de Pâris, &de la Metamorphose del Abeilles.Nouvelle Traduction, enrichies de figures, que se publicó en tres volúmenes en Amsterdam en 1693 en casa del librero Pierre Mortier. Contiene una de las famosas traducciones francesas del poema ovidiano, concretamente la de Pierre Du Ryer, que se publicó por primera vez en París en 1666 con un juego de estampas tomadas de la tradición de los grabados sinópticos creados por Giacomo Franco para la edición de 1584 de la traducción de Anguillara editada por Giunta en Venecia, con la que hemos entrado en contacto en nuestras visitas a la Biblioteca Xeral de la Universidad de Santiago y al Seminario de Lugo.

El volumen, en cuya portada se inserta un retrato del poeta Ovidio, va ilustrado con seis grabados calcográficos a toda página: una anteportada y  cinco ilustraciones, una por cada uno de los cinco primeros libros de las Metamorfosis que contiene este primer tomo. La anteportada, de una calidad más bien pobre, tiene un grabado sin firma que presenta, como en el caso del ejemplar de 1664, una escena relacionada con la presencia de los dioses y la preponderancia de Venus en el poema ovidiano. Divida en dos partes por un gran paño sostenido por dos amorcillos en el que se lee LES METAMORPHOSES D’OVIDE, en la parte superior de la escena la diosa Venus, que va acompañada por Cupido, aparece desnuda y recostada, sosteniendo en su mano derecha un corazón ardiente. En la parte inferior se representa la Asamblea de los dioses donde se puede reconocer a cada uno de ellos por los atributos que portan: Saturno con una guadaña, Plutón con la horca, Baco con una copa, Ceres con una cornucopia, Pan, híbrido y recostado con un cayado pastoril, Minerva armada con escudo y lanza, Mercurio con el casco alado y sosteniendo un orbe, Neptuno desnudo, barbado y con tridente y Apolo con la lira. Todos ellos rodean a la pareja central formada por la pareja coronada de Juno, con el pavo real y Júpiter con cetro, haz de rayos y águila.

Ilustración del libro tercero

La edición completa incluye quince grabados sinópticos, uno por libro,  que contienen escenas de varios episodios del libro correspondiente, creando la ilusión de que constituyen una gran escena única. Imbricada en la tradición mencionada de los grabados de Giacomo Franco, el juego de esta edición de Ámsterdam 1693 es, en última instancia, una copia de las creaciones de Franz Clein y Salomon Saverii para la edición de Oxford de 1632, que se reutilizan en una edición latina editada en París en 1637. Las ilustraciones de esta edición holandesa, de autor anónimo, son copia de varios modelos de grabados de ediciones anteriores; concretamente de los grabados de Jacques Laloutte y Joseph Mulder, pero con influencias de los grabados de Bernard Salomon y Antonio Tempesta.

El tercer ejemplar ovidiano de esta colección del seminario es de nuevo un unicum no solo en el panorama panorama bibliotecario español, sino que es una rareza en el panorama europeo. Se trata de una edición de las Metamorfosis en un solo volumen que contiene el texto del poema recensionado y comentado por Ioannes Georgius Walchius que se editó en Leipzig 1731 en casa del eximio librero e impresor Moriz George Weidmann. Tratándose de una edición de carácter filológico, el volumen no lleva más ilustración que un retrato de Ovidio como frontispicio.

Por último, al igual que otras bibliotecas con fondos relevantes, la biblioteca de Mondoñedo también posee un ejemplar de cada uno de los tres tomos de las obras completas de Ovidio comentadas, editadas en Fráncfort en 1601 en la  imprenta Wecheliana, una edición filológica que conocemos por nuestra tercera visita a la Biblioteca Xeral de la Universidad. El tercer tomo de la edición, correspondiente al texto comentado de las Metamorfosis continua la tradición de las ediciones que llevan el comentario de Regio, como la edición parmesana conservada en el seminario, e incorpora tres diagramas de tipo astronómico y cosmográfico que acompañan al texto del poema, que, en el libro primero, se ocupa de establecer una cosmogonía, con la separación de los elementos y la creación del mundo.

Se trata de otra de las grandes ediciones de la obra completa de Ovidio, que va acompañada por una batería de comentarios de varios eruditos de distintas época que tuvo una gran importancia y difusión y que, como sucedía en el caso de la edición anterior, al tratarse de una edición filológica no tiene la intención de mostrar contenidos figurados, aunque se inclina por introducir una ilustración de tipo científico. Los diagramas remiten al conocimiento ptolemaico de la situación de la tierra, los principales planetas, la luna, el sol y las estrellas fijas y al diagrama de las zonas de la tierra, los climas y la influencia de los vientos. Por otra parte, tal y como reseña el proyecto sobre el texto de las Metamorfosis de la Universidad de Huelva, se considera una de las ediciones imprescindibles para la fijación y estudio del texto del poema.

.

Abrir publicación

Joyas ovidianas: el postincunable parmesano de 1505 y la biblioteca del Seminario de Santa Catalina en Mondoñedo (Lugo)

Continuamos nuestro recorrido por las bibliotecas «ovidianas» de Galicia en Mondoñedo, la antigua y sugerente villa en la que uno de sus ilustres hijos, Alvaro Cunqueiro, entablaba conversaciones con el mago Merlín y la Santa Compaña. Allí, junto a la magnífica catedral, sede de la diócesis mindoniense, se encuentra el seminario, que ostenta el honor de ser uno de los más antiguos de España, en concreto el tercero en ser creado a finales del siglo XVI. En funcionamiento desde 1583, a partir de 1770 se traslada a un enorme edificio situado junto a la catedral y en ese momento, cuando conoce su mayor esplendor, el rey Carlos III le concede el título de Real Seminario Conciliar de Santa Catalina.

En la primera planta del edificio en el que se estableció el seminario a finales del siglo XVIII por iniciativa del obispo Losada y Quiroga, se encuentra la biblioteca, instituida por el mismo prelado, ubicada a un lado del claustro principal del Real Seminario, en la construcción más antigua, con una extensión de unos 120 metros cuadrados. En sus inicios la librería constaba de doscientas cuarenta y cinco obras, un cantidad que se ha incrementado hasta los 30000 ejemplares con los que cuenta en la actualidad.

Los fondos de la biblioteca abarcan temas relacionados con las Humanidades y Ciencias sociales y provienen en su mayoría de donaciones de sacerdotes, religiosos e instituciones, y, además, cuenta con un fondo aproximado de 10.000 monografías, pertenecientes a la biblioteca fundacional de la Domus Ecclesiae (1963). El fondo se estructura en diversas secciones: Fondo local, Fondo antiguo, fondo “Estudios Mindonienses”, Religión-Teología, Galicia, Iglesia en Galicia, Derecho canónico, Educación, Filosofía, Psicología-Medicina, Literatura e Historia. En Galiciana, la biblioteca digital de Galicia, no solo se pueden consultar los fondos de la biblioteca sino que además se encuentra digitalizada una selección.

El Fondo antiguo, que atrajo nuestra atención, encierra algunos tesoros, como un manuscrito del siglo XIII que contiene la Leyenda mayor de San Francisco, una importante colección de incunables, y una Biblia políglota, escrita en griego, persa, latín etíope, caldeo, siríaco, árabe y hebreo, que data del siglo XVII. A estos tesoros, en la nómina de los impresos más antiguos, se puede añadir un ejemplar ilustrado excepcional de las Metamorfosis de Ovidio. Una edición latina postincunable fechada en Parma en 1505, que es un libro especial por su historia editorial; una edición extraña que tiene una especie de hermana «casi gemela», aparentemente impresa el mismo día del mismo año en la misma ciudad, que, sin embargo, difiere en la calidad de la impresión y, sobre todo, en el aparato figurativo.

De este modo, se sabe que existen dos ediciones parmesanas del mismo día y año, pero la segunda de ellas es una especie de «edición pirata» que falseó la versión auténtica de gran calidad y cuidada ilustración. De esta «segunda versión», se conservan alrededor de veinte ejemplares en el mundo, uno de ellos en la biblioteca de la Universidad de Murcia; de la primera edición, que consideramos auténtica, no hay más que seis ejemplares en otras tantas bibliotecas de Europa y Estados Unidos. Uno de estos bellos ejemplares es el que reposa en las estanterías de la interesante biblioteca del Seminario de Santa Catalina en la villa lucense de Mondoñedo.

El libro, que se edita, según reza en su colofón, en las calendas de mayo, es decir el día primero del mes de mayo de 1505 en Parma en la casa de Francesco Mazzali, contiene el texto latino del poema mitológico ovidiano, acompañado por los famosos comentarios de Rafael Regio (Raphael Regius, Bergamo ca. 1440-Venecia 1520) y por un juego de sesenta xilografías que ilustran la composición del mundo, y cincuenta y nueve episodios de los quince libros de las Metamorfosis.

La edición parmesana incluye los comentarios de Regio que se publicaron por primera vez en Venecia en 1493, en una edición incunable que ya conocemos a través del ejemplar que se conserva en la Biblioteca Xeral de la Universidad de Santiago de Compostela. Es precisamente el hecho de que sea una edición latina comentada, concebida como un producto académico para la universidad, lo que la hace especial, ya que va ilustrada de manera profusa en relación con las imágenes que solían acompañar a este tipo de incunables.

Y sobre todo, lo peculiar es que, desde el punto de vista de la figuración, esta edición académica incorpora un aparato figurativo que procede en su mayoría de la serie de grabados de gran calidad que se habían realizado para la edición incunable impresa en Venecia por Giovanni Rosso para Lucantonio Giunta en 1497,  el Ovidio metamorphoseos vulgare, que no contiene exactamente el texto de las Metamorfosis, sino la traducción parafraseada en lengua vernácula realizada más de cien años antes por Giovanni Antonio Bonsignori, trufada de alegorías y añadidos que proceden de otras fuentes mitográficas anteriores.

Al igual que todas las ediciones comentadas por Regius que se publican desde 1493, la parmesana incorpora, como frontispicio del texto, el diagrama cosmográfico circular con los vientos, las zonas climáticas de la tierra y los solsticios y equinoccios. Las xilografías que componen el juego de ilustraciones que reproducen las historias del poema son de un tamaño considerable y van enmarcadas en ambos laterales por dos franjas con decoración vegetal. Así, la serie de cincuenta y tres grabados que adornaba la edición veneciana de Giunta se reutiliza en la pieza parmesana, a excepción de la primera xilografía que representa la Creación del mundo, que es un producto nuevo. A este juego de grabados reutilizados se añaden otros seis de factura muy similar, como si hubieran sido realizados por el mismo autor de la serie de 1497.

Los grabados venecianos de la edición vernácula de 1497 constituyeron, dentro del libro impreso, la primera gran serie de ilustraciones para los contenidos de las Metamorfosis, una serie que se vio aumentada en la gran edición de Parma. Desde el punto de vista del modo de figuración, las historias mitológicas se representan siguiendo los esquemas compositivos de la narración continua, en la que se figuran episodios, más o menos consecutivos en el tiempo y relacionados entre sí, desarrollándose en un mismo espacio común, de modo que una sola ilustración muestra varios momentos de una historia al igual que el poema encadena momentos distintos de las historias que generalmente culminan en una transformación.

La historia de Apolo y la serpiente
Pitón y el amor de Apolo y Dafne (f. b3 v)
La historia de Polifemo y los compañeros de Ulises (f. t8 v)

Un pequeño conjunto de ediciones ilustradas de otras obras de Ovidio comparte los anaqueles del seminario de Santa Catalina con este raro ejemplar único en España, pero las veremos en la siguiente visita a esta interesante biblioteca.

.

Abrir publicación

El Ovidio perdido del Seminario Mayor de Lugo

Siguiendo nuestro recorrido ovidiano por las bibliotecas gallegas, la visita de hoy, más breve de lo habitual, nos lleva hasta la provincia de Lugo, concretamente a la Biblioteca del Seminario Mayor de la propia ciudad de Lugo. La biblioteca, que se ubica en la sede del Seminario Diocesano, sito en la Avenida Ánxel López Pérez, es una institución de titularidad privada pero de uso público y gratuito.

La biblioteca posee aproximadamente 100.000 ejemplares de notable calidad y valor bibliográfico. Las materias mejor representadas evidentemente son las eclesiásticas, la teología, las escrituras y la filosofía, sin embargo, cuenta con obras fundamentales y destacadas del campo de la historia, el derecho y la lingüística, pero también de ciencias naturales y medicina. De manera concreta, es especialmente relevante la sección de ciencia que está relacionada con Ramón Mª Aller, el ilustre científico gallego del siglo XIX famoso por su labor en el campo de la astrofísica, que comenzó su vida sacerdotal y científica en el Seminario de Lugo.

Los orígenes de la biblioteca se remontan a las primeras bibliotecas episcopales de la Alta Edad Media, de modo que se puede afirmar que es una de las bibliotecas más antiguas de Galicia y por ello constituye uno de los bienes culturales más importantes de la provincia de Lugo.

El rico e importante Fondo Antiguo está formado por la Biblioteca Episcopal de la que fue autor el obispo Armañá, del siglo XVIII, al que se le añade el fondo del obispo Balanzá, ya del siglo XIX, además de significativas donaciones de varias figuras ilustres. Está constituido por obras fundamentales de diversas disciplinas y cuenta con numerosos ejemplares únicos.

El fondo ovidiano de la biblioteca del Seminario, sin embargo, no es especialmente nutrido, ya que se compone únicamente de seis ejemplares de los siglos XVI, XVII, XVIII y XIX. Tres de ellos pertenecen a ediciones latinas de los Fastos y de la poesía del destierro, y tres son traducciones de las Metamorfosis, una de ellas, de 1645, una versión castellana editada en Madrid; otra, una versión francesa del siglo XIX, y la que hemos dejado para el final, la famosa traducción italiana de Giovanni Andrea dell’Anguillara, en la magnífica edición veneciana de 1584 impresa por Bernardo Giunta y adornada con las fantásticas calcografías debidas al discípulo de los Carracci, Giacomo Franco.

Esta edición, con la que ya hemos entrado en contacto en nuestra visita a la Biblioteca de la Universidad de Santiago, es la única obra ilustrada de Ovidio conservada en el fondo del seminario, pero constituye un caso peculiar que convierte nuestra visita en una especie de excepción, porque nos enfrenta a una de esas dolorosas pérdidas que sufren las bibliotecas en las todas partes del mundo.

La rica ilustración de la edición veneciana de 1584, que se muestra en su portada y en los quince grabados, uno por cada uno de los libros del poema, primeras calcografías incluidas en una obra ovidiana, de una calidad y una belleza extraordinarias, ha desaparecido en el ejemplar lucense: las quince ilustraciones han sido arrancadas y no se conserva más que la portada. La edición conserva su valor bibliográfico en su interesante traducción, pero se ha convertido en una lamentable «rareza»: una edición ilustrada que ha perdido todo su aparato visual. Un atentado contra el patrimonio bibliográfico que ha dejado una huella irreparable.

Como patrimonio ovidiano, el ejemplar está presente en la Biblioteca Digital Ovidiana en la que queda constancia de «lo que fue y ya no es», y ocupa un lugar por derecho propio entre los trece ejemplares localizados hasta el momento en las bibliotecas españolas, de los cuales en el sitio web de la Biblioteca Digital Ovidiana  se encuentran alojados y estudiados ocho. Esta famosa edición ilustrada de Ovidio, que se convirtió en un verdadero «best-seller» en Europa, también llegó a esta gran biblioteca de la ciudad de Lugo, pero un lector desalmado decidió cambiar su destino e impedir que otros lectores disfrutaran del poema del autor latino en todo su esplendor.

Abrir publicación

Un patrimonio excepcional: las ediciones ilustradas de Ovidio de la librería franciscana de Santiago (y II)

Volvemos hoy a la fascinante librería franciscana para terminar de presentar su patrimonio ovidiano. Después de la incursión en las ediciones del XVI y XVII, nos corresponde mostrar las ediciones del siglo XVIII y XIX que se encuentran en la biblioteca: dos conjuntos de obras completas en tres tomos, unas ediciones académicas muy conocidas y difundidas, y un tomo de la traducción española de las Metamorfosis que se edita en Madrid entre 1805 y 1819, que es una edición de excepción. Ya hemos apuntado en nuestra entrada anterior, que a excepción de las ediciones del siglo XVIII, todos los ejemplares de las obras ilustradas de Ovidio de la biblioteca franciscana son ejemplares únicos en Galicia.

Así pues, la obra ilustrada de Ovidio en el siglo XVIII está representada en la librería conventual por dos ediciones de corte escolar, que no resultan representativas de las interesantes creaciones en la ilustración mitológica que se producen en el momento. Se trata de dos ediciones latinas con comentarios de las obras completas de Ovidio, repartidas en tres tomos de similar contenido, que, sin embargo, fueron bastante relevantes para el estudio de la obra del poeta en la segunda mitad del siglo XVIII.

La primera de ellas, cronológicamente, es la edición impresa en París en 1762 por J. Barbou, que lleva el texto latino de Burmann: P. OVIDII/NASONIS/OPERA /QUAE SUPERSUNT./PARISIIS,/ Typis J. BARBOU, viâ San-Jacobeâ, sub Signo Ciconiarum./MDCC LXII. El primero de los tomos está dedicado a la obra amorosa, de modo que contiene las Heroidas, Arte de amar, Remedios contra el amor, Amores, Sobre la cosmética del rostro femenino, más dos obras atribuidas, Haliéutica y Nux. El segundo tomo contiene el poema de las Metamorfosis y el tercero contiene el resto de las obras ovidianas, Fastos, Tristes, Pónticas y el Ibis. Revisitamos esta edición que ya hemos encontrado en la Biblioteca de la Universidad de Santiago y que está muy difundida en las bibliotecas españolas, como se puede comprobar en el sitio de la Biblioteca Digital Ovidiana.

            Por lo que se refiere a la ilustración, esta edición, como ya vimos, lleva en cada tomo un frontispicio a toda página y una viñeta calcográfica al comienzo del texto, del tamaño de una tercera parte de la caja del texto, todos ellos diseñados por C. Eisen y ejecutados por Joseph de Longueil o por J.-C. Baquoy y siempre firmados siempre por los dos artistas implicados -el diseñador y el grabador- y parecen concebidos ex profeso para esta edición. Lamentablemente, en el ejemplar de la librería conventual los tres tomos están mutilados, faltos, por tanto, de los tres frontispicios que sí vimos en el ejemplar de la biblioteca de la universidad compostelana.

Solo se conservan las viñetas ilustrativas que introducen cada uno de los tomos: la del inicio del texto de las Heroidas, que alude a las cartas de amor y representa a Ovidio escribiendo mientras contempla el retrato de su amante, Corina, que sostienen unos amorcillos; la viñeta que ilustra el inicio del texto de las Metamorfosis reproduce la historia de Deucalión y Pirra, y la que se encuentra al comienzo del texto de los Fastos, que representa la danza de los sármatas alrededor del túmulo de Ovidio.

Por otro lado, se encuentran los ejemplares de los tres tomos de la edición impresa en 1783 por la Sociedad Bipontina en la ciudad del mismo nombre: Zweibrücken, en Alemania; Bipontum, en latín. Se trata de una edición de las obras de Ovidio en latín, con el texto revisado y editado por la misma Sociedad Bipontina: PUBLII OVIDII/NASONIS/OPERA/AD OPTIMAS EDITIONES COLLATA/PRAEMITTITUR VITA AB ALDO PIO MANUTIO COLLECTA/CUM NOTITIA LITERARIA/STUDIIS SOCIETATIS BIPONTINAE/EDITIO ACCURATA/BIPONTI/EX TYPOGRAPHIA SOCIETATIS/MD CCLXXXIII.

Como reza el título, es una editio collata y accurata, es decir una de las ediciones escolares precisas y establecidas a partir de las mejores ediciones, que produjo esta Sociedad entre 1778 y 1811. Se trata de una edición muy difunda que se encuentra en diversas bibliotecas españolas como se puede comprobar en el sitio web de la Biblioteca Digital Ovidiana. El primero de los tomos, que ya hemos revisado en la biblioteca coruñesa de la Casa Consulado, está dedicado a la poesía amorosa, que se complementa con otras obras atribuidas a Ovidio (Heroidas, Amores, Arte de amar, Remedios contra el amor, Sobre la cosmética del rostro femenino, Haliéutica, Consolatio ad Liviam y Nux); el segundo tomo contiene el texto comentado de  las Metamorfosis, y el tercero reúne los Fastos , la poesía del destierro, el Ibis  y los fragmentos.

Desde el punto de vista de la ilustración, son aún menos significativas que las ediciones parisinas de Barbou, ya que no presenta más que un pequeño grabado en forma de medallón en la portada de cada uno de los tomos. En el primero aparece el retrato de perfil del poeta en el que se puede leer su nombre en griego OΥΗΙΔΙΟΣ ΝΑΣΩΝ. En el segundo tomo, los temas mitológicos de las Metamorfosis se resumen en el retrato en tres cuartos de la ninfa Leucótea; en la orla del medallón que lo contiene se puede leer su nombre en latín: LEUCOTHEA. El tercer tomo ilustra la obra “histórica” de Ovidio por medio del retrato de perfil del rey Numa, que lleva una cinta ciñendo el pelo, en la que puede leerse su nombre NVMA. Los tres grabados, que llevan como firma  Weis fc., fueron realizado por Johann Martin Weis, uno de los ilustradores que trabajaban con la Sociedad Bipontina.

El único “Ovidio ilustrado” español del siglo XIX

El último ejemplar que compone el conjunto de los “Ovidios ilustrados” de la librería franciscana pertenece a una de las tres únicas ediciones ilustradas de las Metamorfosis con el texto en español. Se trata de la traducción de Francisco Crivell, publicada en cuatro tomos en la Imprenta Real de Madrid bajo el título de Metamorfóseos o Transformaciones de Ovidio. Los cuatro tomos se publicaron en diferentes momentos, entre los años 1805 y 1819, acompañados por un conjunto de ciento cuarenta grabados, realizados por el grabador valenciano José Assensio y Torres, y por una serie de once viñetas, que se colocan al comienzo de once de los quince libros de los que consta el poema .

Esta edición española está realizada sobre el modelo de las ciento cuarenta calcografías y treinta viñetas creadas entre 1765 y 1769 por un elenco de los mejores pintores y grabadores franceses, coordinados por el grabador Le Mire y el editor Basan.Dichos grabados se imprimieron por primera vez en París para enriquecer una edición bilingüe de cuatro volúmenes impresos entre 1767 y 1771; de manera independiente, se realizó en 1770 una edición en un solo volumen compuesto exclusivamente por las ilustraciones.

Las similitudes entre ambas ediciones se aprecian claramente en las ilustraciones, que resulta evidente que son una copia reducida, pero bastante lograda, de los grabados originales de la edición francesa. Sin embargo, las ilustraciones no son lo único que tienen en común  ambas ediciones, puesto que también coinciden en el número de tomos y en el proceso de impresión y publicación repartida en varios años sucesivos. De ambas ediciones se publicó, además, el volumen único de grabados.

Al igual que sucede en la edición original francesa, cada hoja de grabado es independiente y no se encuentra incluida ni en la paginación ni en la signatura del libro lo cual facilita las modificaciones en la colocación de los grabados con respecto a la edición tipo. El texto de las Metamorfosis de Ovidio se divide en quince libros como es habitual, pero en esta traducción cada libro se organiza en fábulas, individualizadas con un breve título. De manera general las hojas de grabados se colocan a la izquierda o a la derecha del inicio de su correspondiente fábula. A lo largo de ciento treinta y nueve ilustraciones, al igual que sucedía en la edición original de 1767-1771 de París, los grabados muestran momentos concretos y precisos de los mitos narrados por Ovidio concebidos como una escena única. Los temas elegidos, al igual que la estética, se acercan al estilo rococó de sus modelos.

De la comparación de los ejemplares de la edición española, estudiados en diversas bibliotecas se constata que había tres elementos que variaban en los distintos ejemplares. Estos elementos de variación son las orlas decorativas, las viñetas calcográficas y el número y la ubicación de los grabados. De acuerdo con la combinación y variación de los tres elementos en los distintos ejemplares consultados, establecimos que existen tiradas de ejemplares sencillos como el de la biblioteca del Colegio de Santa Cruz de la Universidad de Valladolid y el de la Biblioteca  Pública de Segovia, y tiradas de ejemplares lujosos, con grabados enmarcados por primorosas orlas, y con viñetas, como es el caso del ejemplar de San Francisco. En la librería conventual de Compostela se conserva únicamente un ejemplar del tomo primero de la edición que está mutilado y en un deficiente estado de conservación. No obstante, se trata de una buena muestra de esta edición decimonónica, además de un libro ciertamente raro, ya que es, no solo el único ejemplar conservado en Galicia, sino uno de los escasos conservados en España de similares características.

Abrir publicación

Un patrimonio excepcional: las ediciones ilustradas de Ovidio de la librería franciscana de Santiago (I)

El rastreo de la obra ilustrada de Ovidio en las bibliotecas españolas que realiza la Biblioteca Digital Ovidiana nos llevó en los primeros años de la primera fase del proyecto de investigación a la magnífica librería conventual que alberga el convento de los franciscanos de Santiago de Compostela, también conocido como el Convento de San Francisco do Val de Deus. La librería está alojada dentro del complejo del convento situado en el Campillo de San Francisco, 3, a unos cientos de metros de la plaza del Obradoiro. En este momento, el propio convento, un edificio de gran envergadura al que se une una magnífica iglesia diseñada en el siglo XVIII por Simón Rodríguez, un conjunto declarado Monumento histórico artístico el 16 de agosto de 1896, forma parte de un gran complejo hotelero que mantiene en su interior las dependencias de los franciscanos entre los que se encuentra la propia biblioteca.

El convento, que está construido en un terreno llamado Val de Deus que originariamente perteneció al monasterio de San Martín Pinario, hunde sus raíces en el siglo XIII cuando, según reza la leyenda, lo funda San Francisco en una peregrinación a Compostela en 1214, encargando su construcción a un carbonero compostelano que, junto a su familia, había acogido al fraile. Del primitivo convento no quedan más que los cinco arcos apuntados de la sala capitular que se pueden ver en el claustro principal y el sepulcro de Cotolay, el hospitalario y piadoso carbonero.

Prácticamente desde el momento de su fundación y con el inicio de los estudios teológicos de los frailes se empieza a constituir la biblioteca que en la actualidad cuenta con más de 100.000 volúmenes y es una de las bibliotecas más importantes de Galicia. Del conjunto unos 80.000 forman el Fondo Antiguo en el que destaca un número considerable de incunables y post-incunables. La librería posee entre otras obras excepcionales por su antigüedad y rareza un confesional de Alonso Madrigal, el Tostado, impreso en Salamanca en 1499, del que sólo hay otro ejemplar en Estados Unidos. Y entre todas las joyas bibliográficas de este fondo tan relevante no falta una serie de ejemplares de las obras ilustradas de Ovidio que son interesantes también por su rareza en relación con los fondos españoles. Los ejemplares ovidianos proceden de los siglos XVI, XVII, XVIII y XIX. 

Nueve ejemplares componen el “Ovidio ilustrado” de la librería conventual: una edición latina de las Metamorfosis con comentario de Rafael Regio, editada en Lyon en 1528[5]; una edición bilingüe latín-francés de las Metamorfosis, publicada en Bruselas en 1677; dos conjuntos de obras completas en tres tomos del XVIII, y un tomo de la traducción española de las Metamorfosis que se edita en Madrid entre 1805 y 1819. Este grupo de piezas constituye un interesante muestreo de las ediciones de las obras ovidianas ilustradas, porque, a excepción de las ediciones del siglo XVIII, los ejemplares del siglo XVI, XVII y XIX son únicos en las bibliotecas de Galicia.

El siglo XVI: las Metamorfosis lionesas de 1528

Comenzando el análisis por orden cronológico, el primer ejemplar que hay que comentar es el correspondiente a la edición latina de las Metamorfosis impresa en Lyon en 1528. Se trata de un ejemplar especialmente interesante, porque pertenece a una edición bastante singular dentro del patrimonio bibliográfico español, ya que, no solo es único en las bibliotecas gallegas, sino que constituye un verdadero raro, dado que no hay más que otro ejemplar conocido que se encuentra en la Biblioteca de Reserva de la Universidad de Barcelona. El ejemplar de San Francisco (M.CSF.Lyon.1528) tiene además la característica añadida de ser un ejemplar mutilado, falto de portada y de numerosas páginas, de modo que no estaba totalmente identificado en la antigua catalogación de la biblioteca. La ausencia de la portada y del colofón dificultaba de manera extraordinaria la identificación de la edición a la que pertenecía el ejemplar, que estaba catalogado sencillamente como una edición de las Metamorfosis. La comparación de los tipos con otros ejemplares conocidos de ediciones francesas del mismo momento nos condujo a la conclusión de que se trataba de un ejemplar de una de las ediciones latinas con comentario de Rafael Regio que se editaron y reimprimieron en Lyon a partir de 1510, y, de manera concreta, de la de 1528, editada por Guillaume Boullé e impresa por Jean Crespin

Esta edición, en realidad, no es más que una reimpresión de la edición del año 1527, realizada por el mismo impresor y a cargo del mismo editor, y es prácticamente idéntica, pues ambas tiradas solo se diferencian en la portada y en pequeños detalles en los tipos y la caja. El contenido de ambas ediciones es el mismo: el texto latino fijado por Bonus Accursius que se imprimió por primera vez en Milán en 1475; la exégesis de Raphael Regius que apareció por primera vez en Venecia en 1493; una vida de Ovidio; las Tropologicae expositiones de Petrus Lavinius y los Argumenta o resúmenes atribuidos a Lactancio Plácido, publicados conjuntamente por primera vez en la edición de Lyon de 1510; el texto va acompañado también por los comentarios de Jacobus Crucius, Joannes Baptista Pius, Ludovicus Celius, J. Baptista Egnatius y Philippus Beroaldus, añadidos en sucesivas ediciones, y a todo esto se añaden los dísticos de Joannes Franciscus Quintianus Stoa, incluidos por primera vez en la edición de 1527. El ejemplar compostelano carece de gran parte de este contenido, ya que faltan la vida de Ovidio, los prefacios de Regius, el comentario de Lavinius y los dísticos de Quintiano, así como los inicios de los libros 1, 5, 8 y 15 y por tanto las respectivas imágenes que los introducían.

Desde el punto de vista de la ilustración, ambas ediciones iban adornadas igual, con dieciséis xilografías: quince grabados para ilustrar cada uno de los libros de las Metamorfosis y un grabado con el diagrama astronómico circular con los vientos, las zonas climáticas de la tierra y los solsticios y equinoccios, que figura por primera vez en el incunable veneciano de 1493, que ya conocemos de nuestra visita a los fondos de la Biblioteca Xeral de Santiago y que se incluye desde ese momento en todas las ediciones con el comentario de Regio. Las ilustraciones del texto, que narran una o varias escenas relacionadas con un episodio de cada libro, de acuerdo con el modo de la “narración continua”, son una reutilización de los grabados, creados para la edición de Lyon de 1510, que están atribuidos al ilustrador Guillaume II Leroy. 

Las estampas representan quince episodios relacionados con las historias narradas al principio de cada uno de los libros del poema ovidiano, de acuerdo con el esquema creado para la edición de 1510, en la que se establece el modelo de la serie de grabados. La selección de historias escogidas para ilustrar estas ediciones latinas de Lyon incluía los siguientes episodios: la creación del mundo, para el libro primero; la historia completa de Faetón con su trágico final, para el libro 2; la historia de Cadmo y la fundación de Beocia del libro 3; el episodio de las Miníades, libro 4; para el libro 5, la lucha entre Perseo y Fineo; la historia de Aracne para el libro 6; en el libro 7, las aventuras de Jasón en la Cólquide; para el octavo libro, la historia de Minos y Escila de Mégara; para el libro 9, la historia de la lucha entre Hércules y Aquelóo, con la boda del héroe vencedor con Deyanira y el episodio posterior del intento del rapto de Neso; para los libros 10 y 11, la historia de Orfeo y Eurídice y la muerte de Orfeo, respectivamente; para el libro 12, el prodigio de Aúlide, antes de la partida para Troya de los héroes griegos; para el 13, el juicio sobre las armas de Aquiles, el posterior suicidio de Ayax y las circunstancias de la venganza de Hécuba; para el libro 14, la visita de Glauco a Circe para pedirle ayuda para conseguir el amor de Escila, y la coronación de Numa y su encuentro con Pitágoras en Crotona, para ilustrar el libro 15. 

El siglo XVII: la gran edición belga de 1677

            El “Ovidio ilustrado” del siglo XVII está representado en la librería franciscana por un ejemplar único de un libro excepcional: la edición del impresor belga François Foppens publicada en Bruselas en 1677, bajo el título Les Métamorphoses d’Ovide en latin et en françois, divisées en XV livres, avec de nouvelles Explications Historiques Morales & Politiques, sur toutes les Fables, chacune selon son sujet; de la traduction de Mr Pierre Du-Ryer parisien, de l’Académie Françoise. Édition nouvelle, enrichie de tres-belles figures. Se trata de una edición de gran formato, un gran folio, con el texto latino de las Metamorfosis y la traducción francesa en prosa realizada por Pierre Du-Ryer. La edición de Foppens contiene, además, el Juicio de Paris en la traducción francesa de Nicolás Renouard, y veinte de las veintiuna Heroidas o epístolas de las heroínas traducidas también al francés. El texto del poema, dividido en fábulas, va precedido de los argumentos o resúmenes y seguido de explicaciones. Se trata, por tanto, de una edición un tanto especial, sobre todo, por su aparato figurativo y por la calidad de la impresión, fruto de la labor de un impresor de gran talento como Foppens; un producto editorial destinado a poseedores de alto nivel, como se aprecia en la dedicatoria del librero a Carlos V de Lorena.

Desde el punto de vista de la ilustración, como se anuncia en su título, la edición va enriquecida con una serie de ilustraciones, designadas como tres-belles figures, que se encarnan en un conjunto de ciento veintiséis aguafuertes de calidad desigual: el grabado de la portada, firmado por Bouché, el grabado con el retrato del príncipe Carlos de Lorena, ciento veintitrés grabados para otros tantos episodios de las Metamorfosis y uno más para ilustrar el texto del Juicio de Paris. Las Heroidas no llevan ilustración alguna. Sin duda, uno de los grandes atractivos de esta gran empresa editorial lo constituye, por una parte, el hecho de que la serie de grabados para la ilustración del poema es nueva. Se ilustran ciento veintitrés episodios o fábulas de los más de doscientos que componen las historias de las Metamorfosis y, aunque las creaciones están dentro de la tradición de la ilustración anterior, muchas de las propuestas son novedosas. Por otra parte, la serie está llena de creaciones de grandes grabadores flamencos, que, sin embargo, aparecen mezcladas con estampas de peor factura. 

Varios de los grabados van firmados, lo que nos permite poner nombre a algunos de los creadores implicados en la nueva ilustración de los episodios ovidianos. Por su firma identificamos a Martin Bouché, que firma, como grabador, la portada y once grabados; Frederick Bouttats, que firma seis grabados; Paul Bouché, que firma tres, además de Peeter Clouwet, que firma, como grabador, el grabado nº 3, en el que figura como diseñador Abraham van Diepenbeeck. Por otra parte, el monogramista HA, un artista no identificado con seguridad, firma como responsable del diseño de tres de los grabados. No obstante, la lista de artistas se amplía gracias a las investigaciones de varios estudiosos que argumentan la atribución de buena parte de las estampas a varios miembros de conocida familia de grabadores flamencos de Passe. El trabajo de los grabadores refleja o trasmite directamente creaciones de artistas, que ya habían fallecido cuando se acomete esta empresa editorial, e incorpora versiones en grabado de cuadros de los grandes pintores flamencos del momento, como Rubens o Rembrandt, que están detrás de algunas de las estampas, como la nº 16 (Juno coloca los ojos de Argos en la cola del pavo real) o la nº 32 que cuenta la historia de Acteón y el baño de Diana.  

A esta singularidad de la edición, se une otra circunstancia en el ejemplar compostelano que lo convierte en una pieza única en el panorama bibliográfico, y es el hecho de que sus grabados están afectados por un caso particular de censura. Las estampas que muestran desnudos presentan una serie de elementos utilizados para ocultar la exposición de los cuerpos que son cuidados diseños que contribuyen a aumentar el sentido artístico que caracteriza a esta edición. La mayor parte de las veces los cuerpos se cubren con sutiles ropajes, vestidos o mantos, como se ve en la estampa de Acteón inspirada en Rembrandt, mientras que en otras ocasiones se dibujan sobre los desnudos otros elementos, como el árbol que se superpone a la figura de Io en el grabado que la muestra ante Júpiter (grabado nº  12, p. 29), o el ceñido “vestido” de hojas que sube por el cuerpo de la Dafne perseguida por Apolo que comienza su metamorfosis en laurel (Grabado nº 11, p. 25). Todos los elementos de censura están realizados con tinta y con delicados trazos, lo que en muchas ocasiones ha hecho difícil diferenciarlos de las líneas del propio grabado. Se desconoce, no obstante, el momento y el autor de la artística censura, que se aparta de los habituales “borrones” o manchones de tinta, y que convierte, como ya hemos apuntado, al ejemplar compostelano en un verdadero unicum en el panorama bibliográfico ovidiano.  

La edición es, sin duda, una pieza singular, de la que se conservan pocos ejemplares. Concretamente, hasta el momento no tenemos constancia de la existencia de más de cuatro ejemplares en las bibliotecas españolas: el de la librería franciscana, que hemos presentado; el fantástico ejemplar de la Biblioteca del Senado; un ejemplar en Toledo, y uno en una biblioteca privada de A Coruña.

Abrir publicación

Ovidio en San Martín Pinario

Seguimos en Santiago de Compostela buscando imágenes de Ovidio. Nos corresponde esta vez mostrar la biblioteca del Instituto Teológico Compostelano (ITC), que se ubica dentro del grandioso edificio del antiguo monasterio benedictino de San Martín Pinario, fundado en el 899, que llegó a ser el monasterio más rico y poderoso de Galicia. El edificio actual de San Martín Pinario acoge desde 1868 el Seminario Mayor de la Archidiócesis compostelana y, además, es sede del Instituto Teológico Compostelano, del Archivo Histórico Diocesano y de las facultades de Teología y Trabajo Social. Alberga también una hospedería y un museo.

La Biblioteca del Instituto Teológico, que se sitúa en la parte sudoeste del edificio y ocupa tres de sus plantas, no comienza a funcionar como tal hasta 1984, y en un principio se nutre de los fondos del Seminario Conciliar Central de Santiago de Compostela, de la posterior Universidad Pontificia Compostelana y del Seminario Mayor. Sin embargo, al crearse el Archivo Histórico Diocesano en 1975, la biblioteca pierde en su favor gran parte de sus volúmenes, especialmente manuscritos. Pese a ello, y gracias a estar ligada al Instituto Teológico Compostelano, se le otorga en 1996 la designación de Biblioteca de Estudios Teológicos de Galicia. Hoy en día está abierta al público y permite la consulta de fondos con el fin de facilitar la investigación científica y la formación personal de los interesados en los diversos campos que abarca: Filosofía, Biblia, Teología, Historia General, Historia de la Iglesia, Historia del Arte y Humanidades.

Desde 1891, cuando ya contaba con unos 12.000 volúmenes, el fondo de la biblioteca ha estado en constante crecimiento, de modo que en 1970 el número ascendía ya a 40.829 y hoy en día cuenta con más del doble, unas 85.000 monografías más 169 publicaciones periódicas, 2.000 folletos y 5.900 partituras. Dentro de este importante conjunto hay que destacar los 42.604 volúmenes que componen el fondo antiguo, las publicaciones anteriores a 1901, que es el que nos interesa de manera concreta en nuestra búsqueda ovidiana.

El conjunto de obras de Ovidio que se encuentran en la biblioteca del ITC constituye un buen muestreo de las ediciones académicas en latín de la producción que vio la luz entre 1710 y 1899: ediciones de las Metamorfosis con los comentarios y anotaciones de Minelli, de las obras de exilio con comentarios eruditos de miembros de la Compañía de Jesús publicadas en la imprenta que los Jesuitas tuvieron en Villagarcía de Campos y algunas otras publicadas en España que tuvieron una gran difusión para el conocimiento y estudio de las obras del poeta romano. Y precisamente a este fondo académico de los siglos XVIII y XIX pertenece el único ejemplar de obras de Ovidio que incorpora ilustraciones: una edición en tres volúmenes publicada a finales de siglo, en 1789.

El siglo XVIII es un siglo rico en ediciones de la obra ovidiana que se benefician de las extensas tareas de restitución del texto y de elaboración de anotaciones filológicas que ya habían acometido en el siglo anterior Daniel y Nicolas Heinsius (1629; 1659), Daniel Crispin (1689) y culmina con el trabajo de Peter Burmann (1727). Los textos corregidos y comentados se publican extensamente en diversos formatos y en diversos lugares para uso escolar y disfrute de los eruditos. Precisamente una edición que contiene todas las obras de Ovidio de acuerdo con el texto fijado y anotado por Peter Burmann  es esta de la biblioteca del Instituto Teológico, que se publica en Venecia en la imprenta de Tommaso Bettinelli.

La edición consta de tres volúmenes con la obra completa conservada. El tomo primero contiene las obras amorosas: Heroidas, Amores, Arte de amar, Remedios contra el amor y Sobre la cosmética del rostro femenino. El tomo se completa con otras tres obras ovidianas atribuidas que se suelen editar en conjunto con la poesía amorosa: Haliéutica, Consolatio ad Liviam y Nux. El tomo segundo contiene el poema de las Metamorfosis, y el tercero, los Fastos, las Tristes y las Pónticas.

Desde el punto de vista de la ilustración, esta edición en tres tomos se imbrica en la línea editorial de las obras completas del poeta que se había iniciado en el siglo XVII por la que en las publicaciones de corte erudito -ediciones latinas comentadas, a veces con extensas anotaciones filológicas- comienzan a incorporar esporádicamente algunos grabados de distintos tipos: una serie de corte alegórico que glosa de manera sintética los contenidos de los distintos volúmenes -en alguna ocasión, ilustraciones mitológicas en el volumen correspondiente a las Metamorfosis– y de manera recurrente,  un retrato del poeta, una práctica común en las ediciones de la obras de los clásicos, y en especial de los poetas, pero que en el caso de la imagen de Ovidio adquiere un relieve especial.

En esta línea, el aparato figurativo de esta edición veneciana es muy reducido. La única alusión al mito y al contenido clásico se encuentra en la viñeta que se repite en la portada de los tres volúmenes en lugar de la marca del impresor. En ella se muestra una escena que tiene lugar en unas pretendidas ruinas antiguas en la que la diosa Minerva, tocada con el yelmo y armada con su lanza y escudo, se aparece entre las nubes al dios Mercurio. La diosa le tiende una ramita con flores al dios, que va tocado con su sombrero alado y sostiene indolentemente su caduceo en la mano izquierda. Junto a Minerva aparece el mochuelo -su animal propio- posado sobre una especie de cornucopia.

El tomo primero contiene, además, un frontispicio con un retrato de Ovidio grabado y firmado por Pietro Scattaglia (1739-1810?). Por regla general, como sucede con el retrato que se incorpora en este ejemplar de la biblioteca del ITC, la reproducción de la imagen del poeta intenta dar a la vez la impresión de la recuperación de una imagen antigua y ratificada por la arqueología, y una representación de la característica fisonomía de un personaje marcado por sus rasgos faciales, de manera concreta, su imponente nariz, evocada en su “apellido”. Presentado como un poeta al uso, coronado de laurel, el retrato de Ovidio suele ir acompañado por una leyenda con su nombre o la referencia a su lugar de origen, y con frecuencia, como es el caso que nos ocupa, por elementos alegóricos que componen una especie de “bodegón mitológico”.

La imagen del poeta se inscribe en una especie de lapida que descansa sobre un arquitrabe con triglifos y una metopa en la que se lee la inscripción: P. OVIDIVS NASO. Encuadrado en un óvalo enmarcado por dos frondosas ramas de laurel, el busto de Ovidio muestra al poeta representado de perfil, coronado de laureles y mostrando, como ya hemos dicho, la gran nariz que caracteriza sus retratos desde el siglo XVI. En esta ocasión, bajo el clípeo ovalado que acoge la imagen ovidiana se encuentra una composición de objetos que remiten a los atributos de los dioses celebrados por Ovidio en sus obras: la lira de Apolo, la lanza de Minerva, el caduceo de Mercurio, la siringe de Pan, el carcaj de Diana, el tridente de Neptuno, y una cornucopia de la que brotan racimos y hojas de vid, en probable alusión a Baco. Un rollo de papel (o volumen) y unos crótalos o una pequeña pandereta completan la composición para recordar la poesía y la música.

Estas obras completas no se encuentran de manera corriente en las bibliotecas españolas, ya que, aparte del ejemplar compostelano, solo se conservan los tres volúmenes de la edición en la Biblioteca del Palacio Real (Madrid), en la biblioteca de la Universidad San Justino (Madrid), en la biblioteca del Instituto de Enseñanza Media Goya (Zaragoza) y en la Biblioteca Pública de Ciudad Real.

Abrir publicación

Los Ovidios que habitan junto al Calixtino

El archivo-biblioteca de la Catedral de Santiago de Compostela se encuentra ubicado en uno de los brazos del claustro de la catedral, tras la imponente fachada barroca del Obradoiro y bajo bóvedas decoradas con motivos jacobeos que ya presagian el rococó. Surge con la inventio o descubrimiento del sepulcro del apóstol en Iria Flavia, alrededor de los años 820-830. Desde ese momento, se comienza a considerar el espacio del sepulcro y del posterior templo como lugar en el que conservar la documentación real, pontificia, eclesiástica y civil de la ciudad. Su función principal es albergar sus diversas colecciones del thesaurum medieval, así como la organización de la documentación, lo que también incluye la recopilación de archivos. Estas tareas fueron realizadas durante la Edad Media primero por el arzobispo Diego Gelmírez (quien realiza la primera ordenación archivística) en el primer tercio del siglo XII y posteriormente por el arzobispo Berenguel de Landoira en el siglo XIV. Sin embargo, no será hasta el año 1519 cuando el Cabildo nombre por primera vez un responsable específico del archivo.

Desde la inventio apostólica, esta entidad ha sido custodia de la documentación relacionada con la institución de la Iglesia de Santiago de Compostela, y cuenta entre sus decenas de miles de documentos (11.000 solo de la época medieval) con las Actas Capitulares (desde el XV hasta la actualidad), colecciones personales de canónigos como Antonio López Ferreiro o José Guerra Campos, las importantes colecciones documentales del Tumbo A y el Tumbo B y la joya de los documentos jacobeos: el Codex Calixtinus (siglo XII). Este último es bien conocido, si no por contener entre sus páginas iluminadas el texto más antiguo del Liber Sancti Iacobi, al menos por la sonada noticia de su sustracción el 5 julio de 2011 y su posterior recuperación un año después. En el espacio del archivo se puede visitar la sala en la que, flanqueado por los dos Botafumeiros de la catedral, se encuentra expuesto un facsímil del Codex.

Asociada al archivo, pero con entidad propia, la biblioteca de la Catedral de Santiago tiene una triple faceta: es biblioteca capitular, biblioteca jacobea y biblioteca auxiliar del archivo catedralicio. Su papel se ha potenciado desde los años 80 del siglo pasado, momento en el que se abrió al público el archivo y la biblioteca se convirtió en un valioso auxiliar de investigación. Con el nuevo siglo se han producido, además, dos hitos importantes para el valor y el sentido de la biblioteca catedralicia: la creación de un Centro de Documentación Jacobea y la dotación de un espacio específico para crear la Biblioteca Jacobea.

De sus tres facetas, en esta ocasión, nos interesa la biblioteca original que se funda en el siglo XV como fruto de las donaciones del chantre Alonso Sánchez de Ávila y del arzobispo Álvaro de Isorna. La librería catedralicia se termina en 1454 y se instala en una torre del claustro. En el momento, su fondo estaba constituido por un conjunto de libros reunidos para cubrir las necesidades de los canónigos: textos litúrgicos y bíblicos, que servían para sus actividades de culto; y obras de derecho, que empleaban en la defensa de los intereses del Cabildo, en el asesoramiento del prelado o en sus tareas en la audiencia arzobispal. En la segunda mitad del siglo XVI se documenta por primera vez el cargo temporal de guarda o portero de la librería, encargado de custodiar la biblioteca catedralicia, para el que el arzobispo Gaspar de Zúñiga (1569) estableció unas claras funciones de custodia y conservación que consistían en guardar la llave, mantener la biblioteca abierta dos días a la semana con horario fijo, limpiar los libros y la librería y permanecer dentro de ella para evitar los hurtos.

Tras la fundación de la Universidad de Santiago, donde fueron profesores desde el principio los canónigos intelectualmente más valiosos, decreció el interés del Cabildo por su propia biblioteca, lo que explica la parvedad del fondo durante toda la Edad Moderna. Sólo a partir de la Ilustración se sentaron las bases de la que más tarde sería la Biblioteca Capitular -actualmente visitable como parte del recorrido museístico de la catedral-, gracias a las donaciones testamentarias del canónigo maestrescuela, Diego Juan de Ulloa (1762) y del prior de Sar, Pedro Acuña y Malvar (1814). En la actualidad el fondo antiguo de la biblioteca de la catedral cuenta con casi 6.000 volúmenes publicados entre el siglo XV y el siglo XIX, entre los que figuran algunos incunables.

En este conjunto de libros antiguos la presencia de las obras de Ovidio es ciertamente escasa. Tan solo diez volúmenes componen el fondo de este autor clásico y su composición llama poderosamente la atención, porque no figura en el catálogo de la biblioteca catedralicia ninguna edición latina del poeta sulmonés. Ocho traducciones al castellano y dos al italiano componen el curioso panorama de un Ovidio que no es académico, lo que se explica por la cercanía de la gran biblioteca de la universidad en cuyos fondos se encontraban todas las ediciones eruditas del poeta desde el siglo XV. En consonancia con esta circunstancia, las ediciones ilustradas de la biblioteca de la catedral son dos traducciones del poema de las Metamorfosis, una al italiano y la otra al castellano, que se convirtieron en dos best-sellers en el siglo XVI.

Le Metamorfosi di Ovidio ridotte da Gio Andrea dell´Anguillara in ottava rima, Francesco de Franceschi Senese (Venecia, 1572)

La primera de ellas es un curioso volumen de pequeñísimo tamaño (10,5 cm.) que contiene la famosa versión italiana de las Metamorfosis en ottava rima, realizada por el poeta italiano Giovanni Andrea dell’Anguillara Se trata de una de las dos ediciones que ven la luz en Venecia en 1572 en casa del impresor Francesco de Franceschi, apodado Senese por su lugar de origen, responsable de dos de las primeras ediciones de la traducción. Esta edición, que aparece precisamente el año de la muerte del poeta, constituye la quinta reimpresión de la composición en verso de Anguillara, una de las traducciones más famosas de las Metamorfosis, que se va a reeditar recurrentemente -frecuentemente con ilustraciones- a lo largo de tres siglos, hasta finales del siglo XIX.

Desde el punto de vista del modo de ilustrar el poema ovidiano, esta edición es una muestra de la larga tradición, que viene desde época medieval, de acompañar cada uno de los quince libros con una sola imagen, colocada al inicio. Las ediciones impresas adoptarán este ritmo a partir del siglo XV, y las ediciones de la traducción de Anguillara en el siglo XVI mantienen el esquema incorporando quince grabados como ilustración. En el caso de esta segunda edición de 1572, a pesar de lo reducido de su tamaño, el volumen incorpora unas minúsculas xilografías muy sencillas (2,5cm x 3,5 cm), que van colocadas al inicio de cada uno de los libros, tras los argumentos de Francesco Turchi que acompañan al texto. Los grabados son unas copias reducidas, simplificadas y de escasa calidad de las magníficas xilografías que la traducción italiana ya en su primera edición de 1561, impresa en Venecia por Giovanni Griffio.

El ejemplar compostelano, que constituye una rareza en las bibliotecas españolas, sin embargo, está mutilado, así que carece de portada y de los seis primeros libros, que al parecer se perdieron, quizá porque el volumen original se dividió en dos partes. Estas debieron encuadernarse separadamente y solo se ha conservado la segunda, que contiene desde el libro séptimo al decimoquinto. Por tanto, solo se pueden contemplar nueve de las quince xilografías originales con las que contaba la edición, con temas como Jasón y los toros (libro VII), la representación de Escila entrega el mechón de su padre Niso al rey Minos (libro VIII), Hércules y Aqueloo (libro IX), Orfeo canto y la muerte del poeta (libros X y XI), Glauco y Circe (libro XIV) y el prodigio de Áulide (libro XII), el juicio de las armas de Aquiles (libro XIII) o la coronación de Numa (libro XV), que reproducimos más arriba.

    Las Transformaciones de Ouidio traduzidas del verso latino, en tercetos, octauas rimas por el Licenciado Viana, en lengua vulgar castellana. Diego Fernández de Córdoba, Valladolid, 1589

La segunda edición ilustrada del fondo catedralicio es la traducción al castellano de las Metamorfosis realizada por Pedro Sánchez de Viana en tercetos y octavas reales, impresa en Valladolid en 1589 por Diego Fernández de Córdoba. Publicada bajo el título de Las Transformaciones de Ouidio es una de las tres únicas ediciones españolas ilustradas. Tanto desde el punto de vista del texto como del de la ilustración, la edición de Viana es heredera del modelo de las ediciones de Anguillara, que en 1589 ya tenía varias ediciones a sus espaldas y circulaba por Europa como un best-seller. La edición de Viana nace ya  de manera consciente como un “reflejo” de este fenómeno, pues la fiel traducción del licenciado Viana está en octava rima, como la italiana, y el formato del libro no solo es similar en la caja del texto, sino también en la elección consciente del aparato figurativo, que se compone, igualmente, de un juego de quince grabados, uno por libro, encabezando el inicio del texto. Por su parte, la edición española incluye como anexo al texto ovidiano las Anotaciones sobre los quinze libros de las Transformaciones de Ovidio, del mismo Sánchez de Viana, que consiste en un extenso conjunto de comentarios sobre las fábulas y las historias mitológicas.

Sin embargo, a pesar de contar con el modelo reciente de las cuidadas ediciones venecianas -como la gran edición de la traducción de Anguillara publicada por Giunta en 1584 que incorpora unas magníficas calcografías firmadas por Giacomo Franco- el producto español, más modesto y menos cuidado, incorpora quince xilografías, obra de un artista anónimo, que son copias de calidad desigual de las que se incluyen en la segunda edición de la traducción de Anguillara que ve la luz en Venecia en 1563 editada por Giovanni Griffio a instancias del mismo Francesco de Franceschi Senese.

Cadmo y la fundación de Beocia (libro III); el episodio de las hijas de Minias (libro IV); Orfeo cantor (libro X); la coronación de Numa (libro XV)

Para ilustrar los distintos libros, los episodios escogidos parecen haber sido seleccionados, con alguna excepción, de acuerdo con el criterio de representar la escena descrita en los primeros versos de cada libro. Así, la edición se abre con una xilografía que ilustra la conformación del mundo, descrita por Ovidio en el primer libro del poema, representada a través de una escena de la creación que responde a la tradición cristiana con la imagen de un Dios creador entre nubes. Sin embargo, la secuencia de los episodios se ve alterada en esta edición que tiene numerosos errores de impresión, de modo que el grabado que ilustra la historia de Aracne, recogida en el libro sexto, está colocado por error al principio del libro noveno, y, por ende, el grabado con el combate de Hércules y Aqueloo, que se narra en el libro noveno, ilustra el libro sexto.

A pesar de sus carencias, la edición de Sánchez de Viana, conoce un éxito y una difusión sin precedentes en España, de modo que la mayoría de las bibliotecas españolas con fondo antiguo poseen uno o varios ejemplares. Hasta el momento tenemos localizados cuarenta y cuatro ejemplares, de los que veintiséis ya se encuentran accesibles en la Biblioteca Digital Ovidiana.

Volver arriba
Esta web utiliza cookies, puede ver aquí la Política de Cookies