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Un patrimonio excepcional: las ediciones ilustradas de Ovidio de la librería franciscana de Santiago (y II)

Volvemos hoy a la fascinante librería franciscana para terminar de presentar su patrimonio ovidiano. Después de la incursión en las ediciones del XVI y XVII, nos corresponde mostrar las ediciones del siglo XVIII y XIX que se encuentran en la biblioteca: dos conjuntos de obras completas en tres tomos, unas ediciones académicas muy conocidas y difundidas, y un tomo de la traducción española de las Metamorfosis que se edita en Madrid entre 1805 y 1819, que es una edición de excepción. Ya hemos apuntado en nuestra entrada anterior, que a excepción de las ediciones del siglo XVIII, todos los ejemplares de las obras ilustradas de Ovidio de la biblioteca franciscana son ejemplares únicos en Galicia.

Así pues, la obra ilustrada de Ovidio en el siglo XVIII está representada en la librería conventual por dos ediciones de corte escolar, que no resultan representativas de las interesantes creaciones en la ilustración mitológica que se producen en el momento. Se trata de dos ediciones latinas con comentarios de las obras completas de Ovidio, repartidas en tres tomos de similar contenido, que, sin embargo, fueron bastante relevantes para el estudio de la obra del poeta en la segunda mitad del siglo XVIII.

La primera de ellas, cronológicamente, es la edición impresa en París en 1762 por J. Barbou, que lleva el texto latino de Burmann: P. OVIDII/NASONIS/OPERA /QUAE SUPERSUNT./PARISIIS,/ Typis J. BARBOU, viâ San-Jacobeâ, sub Signo Ciconiarum./MDCC LXII. El primero de los tomos está dedicado a la obra amorosa, de modo que contiene las Heroidas, Arte de amar, Remedios contra el amor, Amores, Sobre la cosmética del rostro femenino, más dos obras atribuidas, Haliéutica y Nux. El segundo tomo contiene el poema de las Metamorfosis y el tercero contiene el resto de las obras ovidianas, Fastos, Tristes, Pónticas y el Ibis. Revisitamos esta edición que ya hemos encontrado en la Biblioteca de la Universidad de Santiago y que está muy difundida en las bibliotecas españolas, como se puede comprobar en el sitio de la Biblioteca Digital Ovidiana.

            Por lo que se refiere a la ilustración, esta edición, como ya vimos, lleva en cada tomo un frontispicio a toda página y una viñeta calcográfica al comienzo del texto, del tamaño de una tercera parte de la caja del texto, todos ellos diseñados por C. Eisen y ejecutados por Joseph de Longueil o por J.-C. Baquoy y siempre firmados siempre por los dos artistas implicados -el diseñador y el grabador- y parecen concebidos ex profeso para esta edición. Lamentablemente, en el ejemplar de la librería conventual los tres tomos están mutilados, faltos, por tanto, de los tres frontispicios que sí vimos en el ejemplar de la biblioteca de la universidad compostelana.

Solo se conservan las viñetas ilustrativas que introducen cada uno de los tomos: la del inicio del texto de las Heroidas, que alude a las cartas de amor y representa a Ovidio escribiendo mientras contempla el retrato de su amante, Corina, que sostienen unos amorcillos; la viñeta que ilustra el inicio del texto de las Metamorfosis reproduce la historia de Deucalión y Pirra, y la que se encuentra al comienzo del texto de los Fastos, que representa la danza de los sármatas alrededor del túmulo de Ovidio.

Por otro lado, se encuentran los ejemplares de los tres tomos de la edición impresa en 1783 por la Sociedad Bipontina en la ciudad del mismo nombre: Zweibrücken, en Alemania; Bipontum, en latín. Se trata de una edición de las obras de Ovidio en latín, con el texto revisado y editado por la misma Sociedad Bipontina: PUBLII OVIDII/NASONIS/OPERA/AD OPTIMAS EDITIONES COLLATA/PRAEMITTITUR VITA AB ALDO PIO MANUTIO COLLECTA/CUM NOTITIA LITERARIA/STUDIIS SOCIETATIS BIPONTINAE/EDITIO ACCURATA/BIPONTI/EX TYPOGRAPHIA SOCIETATIS/MD CCLXXXIII.

Como reza el título, es una editio collata y accurata, es decir una de las ediciones escolares precisas y establecidas a partir de las mejores ediciones, que produjo esta Sociedad entre 1778 y 1811. Se trata de una edición muy difunda que se encuentra en diversas bibliotecas españolas como se puede comprobar en el sitio web de la Biblioteca Digital Ovidiana. El primero de los tomos, que ya hemos revisado en la biblioteca coruñesa de la Casa Consulado, está dedicado a la poesía amorosa, que se complementa con otras obras atribuidas a Ovidio (Heroidas, Amores, Arte de amar, Remedios contra el amor, Sobre la cosmética del rostro femenino, Haliéutica, Consolatio ad Liviam y Nux); el segundo tomo contiene el texto comentado de  las Metamorfosis, y el tercero reúne los Fastos , la poesía del destierro, el Ibis  y los fragmentos.

Desde el punto de vista de la ilustración, son aún menos significativas que las ediciones parisinas de Barbou, ya que no presenta más que un pequeño grabado en forma de medallón en la portada de cada uno de los tomos. En el primero aparece el retrato de perfil del poeta en el que se puede leer su nombre en griego OΥΗΙΔΙΟΣ ΝΑΣΩΝ. En el segundo tomo, los temas mitológicos de las Metamorfosis se resumen en el retrato en tres cuartos de la ninfa Leucótea; en la orla del medallón que lo contiene se puede leer su nombre en latín: LEUCOTHEA. El tercer tomo ilustra la obra “histórica” de Ovidio por medio del retrato de perfil del rey Numa, que lleva una cinta ciñendo el pelo, en la que puede leerse su nombre NVMA. Los tres grabados, que llevan como firma  Weis fc., fueron realizado por Johann Martin Weis, uno de los ilustradores que trabajaban con la Sociedad Bipontina.

El único “Ovidio ilustrado” español del siglo XIX

El último ejemplar que compone el conjunto de los “Ovidios ilustrados” de la librería franciscana pertenece a una de las tres únicas ediciones ilustradas de las Metamorfosis con el texto en español. Se trata de la traducción de Francisco Crivell, publicada en cuatro tomos en la Imprenta Real de Madrid bajo el título de Metamorfóseos o Transformaciones de Ovidio. Los cuatro tomos se publicaron en diferentes momentos, entre los años 1805 y 1819, acompañados por un conjunto de ciento cuarenta grabados, realizados por el grabador valenciano José Assensio y Torres, y por una serie de once viñetas, que se colocan al comienzo de once de los quince libros de los que consta el poema .

Esta edición española está realizada sobre el modelo de las ciento cuarenta calcografías y treinta viñetas creadas entre 1765 y 1769 por un elenco de los mejores pintores y grabadores franceses, coordinados por el grabador Le Mire y el editor Basan.Dichos grabados se imprimieron por primera vez en París para enriquecer una edición bilingüe de cuatro volúmenes impresos entre 1767 y 1771; de manera independiente, se realizó en 1770 una edición en un solo volumen compuesto exclusivamente por las ilustraciones.

Las similitudes entre ambas ediciones se aprecian claramente en las ilustraciones, que resulta evidente que son una copia reducida, pero bastante lograda, de los grabados originales de la edición francesa. Sin embargo, las ilustraciones no son lo único que tienen en común  ambas ediciones, puesto que también coinciden en el número de tomos y en el proceso de impresión y publicación repartida en varios años sucesivos. De ambas ediciones se publicó, además, el volumen único de grabados.

Al igual que sucede en la edición original francesa, cada hoja de grabado es independiente y no se encuentra incluida ni en la paginación ni en la signatura del libro lo cual facilita las modificaciones en la colocación de los grabados con respecto a la edición tipo. El texto de las Metamorfosis de Ovidio se divide en quince libros como es habitual, pero en esta traducción cada libro se organiza en fábulas, individualizadas con un breve título. De manera general las hojas de grabados se colocan a la izquierda o a la derecha del inicio de su correspondiente fábula. A lo largo de ciento treinta y nueve ilustraciones, al igual que sucedía en la edición original de 1767-1771 de París, los grabados muestran momentos concretos y precisos de los mitos narrados por Ovidio concebidos como una escena única. Los temas elegidos, al igual que la estética, se acercan al estilo rococó de sus modelos.

De la comparación de los ejemplares de la edición española, estudiados en diversas bibliotecas se constata que había tres elementos que variaban en los distintos ejemplares. Estos elementos de variación son las orlas decorativas, las viñetas calcográficas y el número y la ubicación de los grabados. De acuerdo con la combinación y variación de los tres elementos en los distintos ejemplares consultados, establecimos que existen tiradas de ejemplares sencillos como el de la biblioteca del Colegio de Santa Cruz de la Universidad de Valladolid y el de la Biblioteca  Pública de Segovia, y tiradas de ejemplares lujosos, con grabados enmarcados por primorosas orlas, y con viñetas, como es el caso del ejemplar de San Francisco. En la librería conventual de Compostela se conserva únicamente un ejemplar del tomo primero de la edición que está mutilado y en un deficiente estado de conservación. No obstante, se trata de una buena muestra de esta edición decimonónica, además de un libro ciertamente raro, ya que es, no solo el único ejemplar conservado en Galicia, sino uno de los escasos conservados en España de similares características.

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Un patrimonio excepcional: las ediciones ilustradas de Ovidio de la librería franciscana de Santiago (I)

El rastreo de la obra ilustrada de Ovidio en las bibliotecas españolas que realiza la Biblioteca Digital Ovidiana nos llevó en los primeros años de la primera fase del proyecto de investigación a la magnífica librería conventual que alberga el convento de los franciscanos de Santiago de Compostela, también conocido como el Convento de San Francisco do Val de Deus. La librería está alojada dentro del complejo del convento situado en el Campillo de San Francisco, 3, a unos cientos de metros de la plaza del Obradoiro. En este momento, el propio convento, un edificio de gran envergadura al que se une una magnífica iglesia diseñada en el siglo XVIII por Simón Rodríguez, un conjunto declarado Monumento histórico artístico el 16 de agosto de 1896, forma parte de un gran complejo hotelero que mantiene en su interior las dependencias de los franciscanos entre los que se encuentra la propia biblioteca.

El convento, que está construido en un terreno llamado Val de Deus que originariamente perteneció al monasterio de San Martín Pinario, hunde sus raíces en el siglo XIII cuando, según reza la leyenda, lo funda San Francisco en una peregrinación a Compostela en 1214, encargando su construcción a un carbonero compostelano que, junto a su familia, había acogido al fraile. Del primitivo convento no quedan más que los cinco arcos apuntados de la sala capitular que se pueden ver en el claustro principal y el sepulcro de Cotolay, el hospitalario y piadoso carbonero.

Prácticamente desde el momento de su fundación y con el inicio de los estudios teológicos de los frailes se empieza a constituir la biblioteca que en la actualidad cuenta con más de 100.000 volúmenes y es una de las bibliotecas más importantes de Galicia. Del conjunto unos 80.000 forman el Fondo Antiguo en el que destaca un número considerable de incunables y post-incunables. La librería posee entre otras obras excepcionales por su antigüedad y rareza un confesional de Alonso Madrigal, el Tostado, impreso en Salamanca en 1499, del que sólo hay otro ejemplar en Estados Unidos. Y entre todas las joyas bibliográficas de este fondo tan relevante no falta una serie de ejemplares de las obras ilustradas de Ovidio que son interesantes también por su rareza en relación con los fondos españoles. Los ejemplares ovidianos proceden de los siglos XVI, XVII, XVIII y XIX. 

Nueve ejemplares componen el “Ovidio ilustrado” de la librería conventual: una edición latina de las Metamorfosis con comentario de Rafael Regio, editada en Lyon en 1528[5]; una edición bilingüe latín-francés de las Metamorfosis, publicada en Bruselas en 1677; dos conjuntos de obras completas en tres tomos del XVIII, y un tomo de la traducción española de las Metamorfosis que se edita en Madrid entre 1805 y 1819. Este grupo de piezas constituye un interesante muestreo de las ediciones de las obras ovidianas ilustradas, porque, a excepción de las ediciones del siglo XVIII, los ejemplares del siglo XVI, XVII y XIX son únicos en las bibliotecas de Galicia.

El siglo XVI: las Metamorfosis lionesas de 1528

Comenzando el análisis por orden cronológico, el primer ejemplar que hay que comentar es el correspondiente a la edición latina de las Metamorfosis impresa en Lyon en 1528. Se trata de un ejemplar especialmente interesante, porque pertenece a una edición bastante singular dentro del patrimonio bibliográfico español, ya que, no solo es único en las bibliotecas gallegas, sino que constituye un verdadero raro, dado que no hay más que otro ejemplar conocido que se encuentra en la Biblioteca de Reserva de la Universidad de Barcelona. El ejemplar de San Francisco (M.CSF.Lyon.1528) tiene además la característica añadida de ser un ejemplar mutilado, falto de portada y de numerosas páginas, de modo que no estaba totalmente identificado en la antigua catalogación de la biblioteca. La ausencia de la portada y del colofón dificultaba de manera extraordinaria la identificación de la edición a la que pertenecía el ejemplar, que estaba catalogado sencillamente como una edición de las Metamorfosis. La comparación de los tipos con otros ejemplares conocidos de ediciones francesas del mismo momento nos condujo a la conclusión de que se trataba de un ejemplar de una de las ediciones latinas con comentario de Rafael Regio que se editaron y reimprimieron en Lyon a partir de 1510, y, de manera concreta, de la de 1528, editada por Guillaume Boullé e impresa por Jean Crespin

Esta edición, en realidad, no es más que una reimpresión de la edición del año 1527, realizada por el mismo impresor y a cargo del mismo editor, y es prácticamente idéntica, pues ambas tiradas solo se diferencian en la portada y en pequeños detalles en los tipos y la caja. El contenido de ambas ediciones es el mismo: el texto latino fijado por Bonus Accursius que se imprimió por primera vez en Milán en 1475; la exégesis de Raphael Regius que apareció por primera vez en Venecia en 1493; una vida de Ovidio; las Tropologicae expositiones de Petrus Lavinius y los Argumenta o resúmenes atribuidos a Lactancio Plácido, publicados conjuntamente por primera vez en la edición de Lyon de 1510; el texto va acompañado también por los comentarios de Jacobus Crucius, Joannes Baptista Pius, Ludovicus Celius, J. Baptista Egnatius y Philippus Beroaldus, añadidos en sucesivas ediciones, y a todo esto se añaden los dísticos de Joannes Franciscus Quintianus Stoa, incluidos por primera vez en la edición de 1527. El ejemplar compostelano carece de gran parte de este contenido, ya que faltan la vida de Ovidio, los prefacios de Regius, el comentario de Lavinius y los dísticos de Quintiano, así como los inicios de los libros 1, 5, 8 y 15 y por tanto las respectivas imágenes que los introducían.

Desde el punto de vista de la ilustración, ambas ediciones iban adornadas igual, con dieciséis xilografías: quince grabados para ilustrar cada uno de los libros de las Metamorfosis y un grabado con el diagrama astronómico circular con los vientos, las zonas climáticas de la tierra y los solsticios y equinoccios, que figura por primera vez en el incunable veneciano de 1493, que ya conocemos de nuestra visita a los fondos de la Biblioteca Xeral de Santiago y que se incluye desde ese momento en todas las ediciones con el comentario de Regio. Las ilustraciones del texto, que narran una o varias escenas relacionadas con un episodio de cada libro, de acuerdo con el modo de la “narración continua”, son una reutilización de los grabados, creados para la edición de Lyon de 1510, que están atribuidos al ilustrador Guillaume II Leroy. 

Las estampas representan quince episodios relacionados con las historias narradas al principio de cada uno de los libros del poema ovidiano, de acuerdo con el esquema creado para la edición de 1510, en la que se establece el modelo de la serie de grabados. La selección de historias escogidas para ilustrar estas ediciones latinas de Lyon incluía los siguientes episodios: la creación del mundo, para el libro primero; la historia completa de Faetón con su trágico final, para el libro 2; la historia de Cadmo y la fundación de Beocia del libro 3; el episodio de las Miníades, libro 4; para el libro 5, la lucha entre Perseo y Fineo; la historia de Aracne para el libro 6; en el libro 7, las aventuras de Jasón en la Cólquide; para el octavo libro, la historia de Minos y Escila de Mégara; para el libro 9, la historia de la lucha entre Hércules y Aquelóo, con la boda del héroe vencedor con Deyanira y el episodio posterior del intento del rapto de Neso; para los libros 10 y 11, la historia de Orfeo y Eurídice y la muerte de Orfeo, respectivamente; para el libro 12, el prodigio de Aúlide, antes de la partida para Troya de los héroes griegos; para el 13, el juicio sobre las armas de Aquiles, el posterior suicidio de Ayax y las circunstancias de la venganza de Hécuba; para el libro 14, la visita de Glauco a Circe para pedirle ayuda para conseguir el amor de Escila, y la coronación de Numa y su encuentro con Pitágoras en Crotona, para ilustrar el libro 15. 

El siglo XVII: la gran edición belga de 1677

            El “Ovidio ilustrado” del siglo XVII está representado en la librería franciscana por un ejemplar único de un libro excepcional: la edición del impresor belga François Foppens publicada en Bruselas en 1677, bajo el título Les Métamorphoses d’Ovide en latin et en françois, divisées en XV livres, avec de nouvelles Explications Historiques Morales & Politiques, sur toutes les Fables, chacune selon son sujet; de la traduction de Mr Pierre Du-Ryer parisien, de l’Académie Françoise. Édition nouvelle, enrichie de tres-belles figures. Se trata de una edición de gran formato, un gran folio, con el texto latino de las Metamorfosis y la traducción francesa en prosa realizada por Pierre Du-Ryer. La edición de Foppens contiene, además, el Juicio de Paris en la traducción francesa de Nicolás Renouard, y veinte de las veintiuna Heroidas o epístolas de las heroínas traducidas también al francés. El texto del poema, dividido en fábulas, va precedido de los argumentos o resúmenes y seguido de explicaciones. Se trata, por tanto, de una edición un tanto especial, sobre todo, por su aparato figurativo y por la calidad de la impresión, fruto de la labor de un impresor de gran talento como Foppens; un producto editorial destinado a poseedores de alto nivel, como se aprecia en la dedicatoria del librero a Carlos V de Lorena.

Desde el punto de vista de la ilustración, como se anuncia en su título, la edición va enriquecida con una serie de ilustraciones, designadas como tres-belles figures, que se encarnan en un conjunto de ciento veintiséis aguafuertes de calidad desigual: el grabado de la portada, firmado por Bouché, el grabado con el retrato del príncipe Carlos de Lorena, ciento veintitrés grabados para otros tantos episodios de las Metamorfosis y uno más para ilustrar el texto del Juicio de Paris. Las Heroidas no llevan ilustración alguna. Sin duda, uno de los grandes atractivos de esta gran empresa editorial lo constituye, por una parte, el hecho de que la serie de grabados para la ilustración del poema es nueva. Se ilustran ciento veintitrés episodios o fábulas de los más de doscientos que componen las historias de las Metamorfosis y, aunque las creaciones están dentro de la tradición de la ilustración anterior, muchas de las propuestas son novedosas. Por otra parte, la serie está llena de creaciones de grandes grabadores flamencos, que, sin embargo, aparecen mezcladas con estampas de peor factura. 

Varios de los grabados van firmados, lo que nos permite poner nombre a algunos de los creadores implicados en la nueva ilustración de los episodios ovidianos. Por su firma identificamos a Martin Bouché, que firma, como grabador, la portada y once grabados; Frederick Bouttats, que firma seis grabados; Paul Bouché, que firma tres, además de Peeter Clouwet, que firma, como grabador, el grabado nº 3, en el que figura como diseñador Abraham van Diepenbeeck. Por otra parte, el monogramista HA, un artista no identificado con seguridad, firma como responsable del diseño de tres de los grabados. No obstante, la lista de artistas se amplía gracias a las investigaciones de varios estudiosos que argumentan la atribución de buena parte de las estampas a varios miembros de conocida familia de grabadores flamencos de Passe. El trabajo de los grabadores refleja o trasmite directamente creaciones de artistas, que ya habían fallecido cuando se acomete esta empresa editorial, e incorpora versiones en grabado de cuadros de los grandes pintores flamencos del momento, como Rubens o Rembrandt, que están detrás de algunas de las estampas, como la nº 16 (Juno coloca los ojos de Argos en la cola del pavo real) o la nº 32 que cuenta la historia de Acteón y el baño de Diana.  

A esta singularidad de la edición, se une otra circunstancia en el ejemplar compostelano que lo convierte en una pieza única en el panorama bibliográfico, y es el hecho de que sus grabados están afectados por un caso particular de censura. Las estampas que muestran desnudos presentan una serie de elementos utilizados para ocultar la exposición de los cuerpos que son cuidados diseños que contribuyen a aumentar el sentido artístico que caracteriza a esta edición. La mayor parte de las veces los cuerpos se cubren con sutiles ropajes, vestidos o mantos, como se ve en la estampa de Acteón inspirada en Rembrandt, mientras que en otras ocasiones se dibujan sobre los desnudos otros elementos, como el árbol que se superpone a la figura de Io en el grabado que la muestra ante Júpiter (grabado nº  12, p. 29), o el ceñido “vestido” de hojas que sube por el cuerpo de la Dafne perseguida por Apolo que comienza su metamorfosis en laurel (Grabado nº 11, p. 25). Todos los elementos de censura están realizados con tinta y con delicados trazos, lo que en muchas ocasiones ha hecho difícil diferenciarlos de las líneas del propio grabado. Se desconoce, no obstante, el momento y el autor de la artística censura, que se aparta de los habituales “borrones” o manchones de tinta, y que convierte, como ya hemos apuntado, al ejemplar compostelano en un verdadero unicum en el panorama bibliográfico ovidiano.  

La edición es, sin duda, una pieza singular, de la que se conservan pocos ejemplares. Concretamente, hasta el momento no tenemos constancia de la existencia de más de cuatro ejemplares en las bibliotecas españolas: el de la librería franciscana, que hemos presentado; el fantástico ejemplar de la Biblioteca del Senado; un ejemplar en Toledo, y uno en una biblioteca privada de A Coruña.

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